Barricada

Comandante Tomás Borge: Octubre fue un logro histórico

“Octubre fue un logro histórico porque hizo fracasar las maniobras del enemigo, y porque estas acciones fortalecieron la hegemonía de la vanguardia en las masas y la confianza de estas en sus propias fuerzas”.

Comandante Tomás Borge,20 de mayo de 1983

El Equipo de Barricada/Historia propone a sus lectores, un fragmento del texto “Síntesis histórica: el FSLN y la Revolución Nicaragüense”. En este ensayo, el Comandante Tomás Borge nos ayuda a comprender cuáles fueron las condiciones que llevaron a la insurrección guerrillera de Octubre de 1977.

En su análisis, el Comandante Tomás explica que, con Octubre victorioso, se dio inicio a la ofensiva ininterrumpida que seguirá en 1978 y 1979, hasta llegar al triunfo de la Revolución Sandinista.

A través de este trabajo, logramos comprender mejor el fenómeno revolucionario nicaragüense, su estrategia y táctica de lucha. También se explica cuáles fueron las razones por las cuales el FSLN se configuró como vanguardia histórica del pueblo nicaragüense.

1977: Inicio de la ofensiva final

El descenso relativo en que cayó la Vanguardia en el plano militar después de 1974, se interrumpe en 1977, con la ofensiva sandinista que se inicia con la toma del cuartel San Carlos, continúa con la toma del poblado de Mozonte, el ataque al cuartel principal de Masaya y la toma del cuartel de San Fernando.

Octubre de 1977 ocurre gracias a una modalidad de carácter ofensivo que se da a la lucha armada en un momento en que la crisis del somocismo es muy aguda. Esta crisis aguda del somocismo se inicia después del terremoto de 1972, y se acentuó aún más después de 1974. La corrupción del somocismo, aunque afecto en lo fundamental a las masas, también tocó los intereses de la burguesía pequeña y media lo que produjo la ampliación de la base opositora a la dictadura. A esto hay que agregar que los mismos sectores empresariales comenzaron a perder la confianza en la capacidad de Somoza; es decir, Somoza empezó a ser obstáculo en el desarrollo capitalista de Nicaragua incluso para la preservación del orden burgués y el cada vez mayor cuestionamiento internacional del régimen por su política torpe y represiva. Inclusive, como en las condiciones particulares de nuestro país, la familia Somoza y sus allegados tenían una gran voracidad de riqueza y de poder empiezan a utilizar los aparatos del Estado, en beneficio de ese apetito y empieza a crecer la dictadura somocista con toda su proyección económica en desmedro de un sector amplio de la burguesía afectada por esta imposibilidad de Somoza de repartir todas las riquezas del país, en iguales partes entre toda la burguesía.

Las exenciones económicas, la facilidad de prestamos bancarios, el contrabando inclusive, en beneficio de un sector minoritario provoca contradicciones con un sector de la burguesía que tiende, para sustituir la ausencia de facilidades, a modernizarse y esta contradicción económica se expresa después en términos políticos y es por eso que nosotros escribimos una carta desde la cárcel diciendo: “Está a punto de aparecer un partido de la burguesía”, aunque ya es demasiado tarde para ella. Poco después surge un partido, conocido como el MDN, que efectivamente llegó demasiado tarde. La burguesía, realmente no tenía un partido. El Partido Liberal era un partido de los Somoza que respondía a intereses de una oligarquía muy centralizada alrededor de una familia y el Partido Conservador era de los terratenientes, una especie de partido de la antihistoria. Un partido moderno de la burguesía no había aparecido en este país y nace en el momento en que el régimen burgués esta en plena agonía y ni siquiera llega a ser sietemesino, y al final y al cabo, no logra sobrevivir sino artificialmente a través del cordón umbilical que lo une al imperialismo.

Atrapada la burguesía entre la voracidad del imperialismo que bajo las circunstancias de la crisis le reducía su cuota de ganancia, la pérdida de actividades económicas a favor de los grupos somocistas (construcción, seguros, urbanización, bancos, financiadores, etc.) y el auge de la lucha popular, no le quedó a esa clase más alternativa que la de cambiar desesperadamente de ropaje y tratar de ganar la dirección de la lucha antisomocista. ¿Pero qué podía hacer un sietemesino en aquel momento? Los Róbelos y demás señores del COSEP fueron conducidos por la fuerza de los hechos a insertarse dentro del esquema de desarrollo – que para ellos fue una especie de camisa de fuerza – de la lucha popular. Mientras la dictadura perdía terreno tanto nacional como internacional, la guerrilla libraba una tenaz lucha con el objetivo de contrarrestar la iniciativa militar que desde finales de 1975 el somocismo le había arrebatado. Esta actividad guerrillera conjugada con la actividad diaria desplegada por el FSLN, a nivel nacional motivó el fracaso de los planes del enemigo orientados a la liquidación de la vanguardia. Ante la aguda crisis de la dictadura somocista, el imperialismo y la reacción maniobraron con el objetivo de darle una salida a la misma. Con este fin buscaron como hacerle ciertos ajustes al sistema somocista, pero sin tocar para nada las bases de sustentación del sistema: el poderío económico y la Guardia Nacional. Fue así como Somoza se vio obligado a levantar el Estado de Sitio y la Ley Marcial y a convocar las elecciones municipales. Con estas medidas el régimen intentaba mejorar su descreditada imagen ante la opinión publica precisamente para hacerle el juego a esta posibilidad y claro, estas maniobras se dan también en un momento en que el enemigo imperialista y el enemigo local se están haciendo expectativas en el sentido de que han logrado, por lo menos si no liquidar, reducir las capacidades de lucha del Frente Sandinista; piensan que  estamos muy golpeados y cuando se decide pasar a la ofensiva militar de octubre de 1977, nuestro objetivo es hacer fracasar las maniobras del enemigo. De tal forma que se logró retomar la iniciativa y cuando en octubre recuperamos esta iniciativa, ya no la volvemos a perder.

Octubre fue un logro histórico porque hizo fracasar las maniobras del enemigo, y porque estas acciones fortalecieron la hegemonía de la vanguardia en las masas y la confianza de estas en sus propias fuerzas. Todas estas razones llevaron al somocismo a cometer uno de sus errores más graves: asesinar a Pedro Joaquín Chamorro; este se había convertido en líder de la incipiente burguesía nacional, y a través de la actividad periodística de muchos años había logrado captar la simpatía de amplios sectores de nuestro país. El crimen motivó a las masas a lanzarse a las calles- ustedes lo vieron mejor que yo porque yo estaba preso- para expresar con violencia revolucionaria su repudio, y resulta que en esas manifestaciones se expresa de una manera abierta y pública, la identificación de las masas con el Frente Sandinista de Liberación Nacional donde el pueblo reitera que el Frente Sandinista es la única posibilidad de enfrentamiento con la dictadura somocista.

Fuente:

Síntesis histórica: el FSLN y la Revolución Nicaragüense, pp. 70-72

El ensayo es parte del libro del Comandante Tomás Borge El axioma de la esperanza, 1984

Introducción: Cecilia Costa

Digitalización: Lucía Manzanares