Barricada

Moisés Absalón Pastora: Al desnudo

Quiero abordar ampliamente un tema del que mucho y desde diferentes ángulos ha estado presente en mi agenda editorial y no dudo de ninguna manera que en el almacén de los más oscuros recuerdos de al menos el 90% de los que tenemos una memoria clara de lo que representaron aquellos eventos trágicos y dolorosos del 2018.

No creo equivocarme pero cada vez que referí aquella barbarie tuve la idea de hacerlo con suficientemente claridad como para que no quedara duda del mensaje transmitido desde la huella digital o del estilo que me caracteriza para pintar desde el lienzo de la opinión pública cada escena, cada acción o reacción desprendida por lo que nos hizo el fallido golpe de estado, que menos mal, fue conjurado porque de no haber sido así tengan la seguridad que el país se hubiese convertido en un enorme cementerio de fosas comunes ahogadas en sangre.

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Por eso me propuse en este editorial particularmente retomar el tema con la contundencia que el mismo obliga y es tal mi propósito en ese sentido que el primer pegón que tuve fue cómo titular este escrito al que pensé llamar “A calzón quitado” como el nombre del programa de mi hermano Carlos Tinoco en la 580, pero en el fondo hasta lo vi erótico; “Al saco y rajo”, pero pensé que algún aludido se me podía capear; “Que se rinda tu madre” pero pensé que esta expresión de Leonel Rugama, -de aquel joven poeta-, era un grito desgarrador por la libertad que nos asesinaba Somoza, pero con la que convivimos y disfrutamos en nuestros días; “Sin pelos en la lengua”, pero es algo que hago todos los días para abordar diferentes temas desde mi trinchera en Detalles del Momento” de manera tal que al final decidí titular el escrito como “AL DESNUDO”, así como Dios nos trajo al mundo, sin nada que nos cubra y que retrate un pensamiento tal cual es, sin maquillaje, sin repello, sin colores, con nuestras curvas y protuberancias expuestas como un retrato, sin ropa, sin la mínima intención de recurrir al recato diplomático cuando lo que quieres es vomitar la más oculta indignación.

Allá a fuera 222 traidores y 94 prófugos que fueron desterrados y desnacionalizados, en los pocos medios que les quedan y con la pelele actitud de algunos gobiernos que se dedican solo a leer el guion que las embajadas gringas ponen sobre sus escritorios, como una reacción desesperada contra lo que jamás vieron venir hasta de su propio patrocinador, están diciendo cualquier cosa para perfilarse como mártires, como víctimas, como “políticos y demócratas” incapaces de matar ni a una sola cucaracha y por supuesto dolidos porque hasta “injustamente” dicen les están confiscando sus propiedades.

Esa delincuencia desarticulada, ahora en su verdadera patria, otra vez reedita su canibalismo y es pasada por las armas de los fusileros mediáticos que nunca la quisieron tener allá y aunque estos solo babosadas hablaban en sus canales yutuberos demandando la libertad de sus colegas terroristas, aquí en Nicaragua hay un pueblo unido riéndose de cada estupidez, de cada animalada, que con “valentía” nos quiere decir que tienen lo que las gallinas ponen, como repetía uno que los tiene pero, de codorniz.

Qué sabio ese estribillo de la canción “soberanía” “que hablen miércoles desde afuera, pero si estas en tierra nica respeta mi bandera” y es que todo este escándalo de cinco minutos de fama, -seamos generosos y démosles diez-, es de interés para el que financió el golpe de estado en el 2018 y es de interés para los mercenarios que recibieron la paga para asesinar a Nicaragua. Para el imperio porque está expuesto ante una nueva derrota que le propició el sandinismo y para los traidores porque saben que nunca fueron nada, que jamás representaron nada, que nuestro pueblo, el que está haciendo con sus propias manos la revolución, los vio con la mirada del desprecio y el chuzo de la indiferencia y jamás fue capaz de quemar en protesta ni la llanta de una bicicleta cuando los encarcelaron y ni cuando la nación los escupió de su corazón deportándolos dónde el yanqui y el gringo que ni para ellos resultaron amigos ni aliados, porque la naturaleza imperial es ser enemigos de la humanidad, enemigos del mundo, porque la principal causa de todo disturbio en el planeta siempre se originó desde la oficina oval de la Casa Blanca, pero eso ya está cambiando.

Muchos países cada vez y cuando sufrieron graves conflictos que terminaron en profundas crisis políticas, que por supuesto fueron creadas por los mismos Estados Unidos, las apaciguaron de la peor manera posible para no enfurecer a la misma causa del mal causado y entonces, seguramente por falta de historia, que es lo que a nosotros nos sobra o de memoria histórica que como pueblo rebelde tenemos en todos los campos, reaccionaron ante la enfermedad con “mejoralitas”, con “acetaminofen”, con “diclofenac”, porque la borrachera de poder de cada gorila, dictador, traidor o pelele, era tal, que les temblaba el pulso y fueron incapaces por falta de “coyolina” de poner en el quirófano al paciente enfermo y extirpar de su cuerpo el cáncer del odio que en el 2018 intentó hacer metástasis en toda Nicaragua.

Señores a esto le pusimos fin y no importa lo que digan, no importan sus berrinches, no importa que se muerdan o se partan la lengua cada vez que la frustración les atiborre las tapas, pero solo nosotros que lo vivimos y que conocemos quien o quienes nos la hicieron entendemos lo que hacemos.

¿Saben qué estamos haciendo? Lo que ningún gobierno o gobernante a lo largo y ancho de toda nuestra historia republicana hizo.

¿Saben por qué lo estamos haciendo? Porque Nicaragua es de los nicaragüenses, no del yanqui, no del gringo, no de los europeos, no de ningún loco que diciéndose presidente de cualquier otro país está hundido en su propia caca y quiere venir a decirnos a nosotros, qué hacer, cuando en muchos casos, son hasta niños de teta que no saben ni como limpiarse.

¿Saben que nos inspira a hacer lo que hacemos? Un Diriangén que propinó la primera de muchas humillaciones a los colonizadores españoles; Un Rubén Darío el poeta universal que revolucionó tanto la literatura planetaria, que fue llamado príncipe de las letras castellanas y desde la majestuosidad de su prosa poemaria es el primer antimperialista formal de nuestra patria; un José Dolores Estrada y un Andrés Castro que vencieron a las tropas filibusteras; un liberal como José Santo Zelaya que lidera la primera y gran revolución transformadora en 1893 y que se convirtió en el primer problema serio del imperio en Nicaragua; un Benjamín Zeledón que sabiéndose sobradamente superado en tropas y armamento reconoce que la hora fatal se le acerca pero que prefiere hacerse morir con la dignidad de quien escribió con su sangre para el futuro la libertad que hoy tenemos; nos inspira Augusto Calderón Sandino, el General de Hombres Libres, el que fue más grande que el Coloso de Rodas con su muerte porque después de ella vino la luz, la revolución y el ejemplo trazado al mundo que nunca será más grande el cañón del imperio que el poder sonoro de las ideas.

Hoy Nicaragua está demostrando al mundo que está plantada frente al fascismo imperial y frente a los fascistas lame botas del imperio, está Nicaragua dando una cátedra que desesperadamente quiere deslegitimar la desesperación de aquellos que tenían por objetivo asesinarnos, pero además sin el derecho a nuestra legítima defensa y como ahora saben que el mundo libre y digno realiza que el cuento de la Nicaragua oprimida nada tiene que ver con la Nicaragua real, la de aquí, la que desde su orgulloso sandinismo construye su revolución, entonces pegan gritos de monas mal tiradas, actúan guiones de cuentos pancho madrigalescos, para que se les vea con ojos de misericordia a los que nos desbarataron al país, a los que mataron policías, a los que torturaron, a los que saquearon centros de salud, a los que utilizaron templos católicos como cuarteles de terroristas, a los que eran bendecidos antes de ir a matar por sacerdotes y obispos del diablo que todos los días lamieron con gusto la sangre de quienes eran persignados a balazos. Quieren que nosotros los verdaderos nicaragüenses que sí sufrimos aquel espanto y horror que en abrió de 2018 se prolongó tres meses hasta que vino el basta ya, les pongamos una medalla, los veamos como héroes y los montemos en sillas gestatorias, como gustaba a Rolando Álvarez para andarlos cargando en calidad de santos.

Lo de estas miserias no tiene nombre se hartaron de los diccionarios palabras como decencia, vergüenza, moral, respeto, dignidad, nacionalismo, patria, honor, orden, justicia y todas ellas les cayeron tan mal que no han parado de expulsarlas en una diarrea oral que no les para. Se quieren vestir de angelitos, pero son vampiros. Son vagos profesionales que cuando supieron que la política ya no alcanzaba para el faraónico nivel de vida que tenían, al menos los de sangre azul porque la mayoría fueron tontos útiles al servicio del más rancio oportunismo, decidieron abrirse el pecho mercenario para que el interés imperial no solo les disparara con gruesos misiles financieros, sino para prometerles que ellos serían el nuevo presidente, vice presidenta, ministros, diputados, magistrados, contralores, directores y directivos de entes autónomos y claro alcaldes y concejales y esto los entusiasmó tanto que ya se miraban como en tiempos de Somoza, de la Violeta, de Arnoldo y del tristemente célebre de Enrique Bolaños, robando a manos llenas porque todos ellos fueron eso, asaltantes de cuello y corbata para los cuales todo era “san venga” y nada de ”san doy” y digo todos porque tienen largas crónicas archivadas en las hemerotecas dónde están retratados como rateros refinados y ordinarios que con saco y cuello blanco se le bebían la sangre en pajilla a cualquier institución o simplemente quebraban un banco porque era un tema para lo público y privado.

Muchos de esos además mal agradecidos, porque recordemos que hacían tan buenos negocios con el sandinismo que el concepto tripartido de crecimiento y desarrollo, empresarios-trabajadores-estado fue incluso elevado no solo hasta el rango constitucional, sino que además para co-gobernar mejor el COSEP llegó hasta pedir una oficina en la asamblea Nacional de Nicaragua.

Estos Drácula eran insaciables. Ellos mismos reconocían, ya no digamos los organismos internacionales, que la economía del Nicaragua crecía como la espuma, pero el problema, es que ellos ya no ganaban al mismo ritmo acelerado de cuando la Violeta, de Arnoldo o del clon mejorado de Adolfo Díaz, Enrique Bolaños, porque entonces la pecaminosa prioridad del gobierno sandinista, fue también que ganara más el trabajador asalariado, que este tuviera beneficios sociales, que este fuera sujeto de la inclusión en el proceso de desarrollo y de decisión y entonces la rancia burguesía y oligarquía coincidieron en que eso no podía seguir pasando y que había que cortar de tajo ese populismo peligrosísimo para sus intereses y que además era un ejemplo que el imperio no podía permitir y había en consecuencia que terminarlo, no por la vía de elecciones que de previo les representaba organizar un partido que compitiera con el FSLN y además hacer un líder que sobrepasara a Daniel Ortega, cuando imposible, entonces el camino más corto fue el de la sangre por medio de un golpe de estado.

Estos fueron tan brutos, pero tan brutos, que ni ellos tenían idea ni la tendrán nunca de cómo se arma un golpe de estado porque lo primero que debes tener para eso es un ejército y policía dispuestos a garantizarlo o hacerlo efectivo y se les olvidó o simplemente no pensaron porque son faltos de esa capacidad, que el Ejército de Nicaragua y nuestros azulitos son en realidad el pueblo armado, que llegó a vestir el uniforme de la única fuerza armada legítimamente constitucional sabedora de nuestra historia y nuestros valores y que jamás se prestaría a la locura de volver a poner en las garras de los peleles la Nicaragua que por estar intervenida e invadida por el imperio en otros tiempos, nunca llegó a ser lo que es hoy.

Otro factor fundamental, que cualquiera con dos dedos de frente tendría como razón primigenia de cualquier mega estupidez, es el pueblo, es el respaldo popular, es el habitante de barrio, es el campesino, es el trabajador, es aquel que por su extracción social sabe que lo que tiene le cuesta y que por ello lo defiende hasta con los dientes y si en algún momento el terrorismo golpista pretendió vender que 50 mil manifestantes, encabezados por algunos obispos, eran la muestra de una insurrección civil como dijo Juan Abelardo Mata se equivocaron porque después que comenzó a llegar el desencanto y la mentira de aquella maléfica ofensiva sangrienta cayó como telón de maldad, el verdadero pueblo, exigiendo la liberación secuestrada por el terrorismo se tomó las calles y una y otra vez aquellas marchas de cienes de miles de sandinistas, no sandinistas y defensores de la paz, presagiaron lo que terminó siendo una nueva victoria contra el imperio y contra sus sirvientes nacionales.

¿Quiénes apoyaban el golpe de estado?

¿Qué característica tenían los golpistas?

¿A quién servían los golpistas?

Quienes apoyaban el golpe eran los que se sintieron desclasados, los rosaditos de sangre azul, que no podían admitir que el derecho del pobre fuera el mismo del rico; eran banqueros, empresarios y comerciantes que miraban injusto que sus utilidades menguaran ante la obligación social que debían enterar para dignificar a los que siempre estuvieron invisibilizados como personas sin derecho; eran los de cuello blanco que reaccionaron frente a las regulaciones que impedían que Nicaragua fuera un paraíso fiscal; eran algunos organismos no gubernamentales que actuaban como industrias lavadoras de dinero que recibían del imperio el financiamiento que después se distribuía a un montón de siglas que se pintaron de salvadoras de la patria para hacer millonarios a los cabecillas que desde ellas actuaban como líderes de todo aquel terror; eran siglas que con el mote de partidos políticos se vendían como grupos representativos de la sociedad, pero en realidad siempre fueron marrulleros que hicieron de su razón social un blanco para que el financiero del norte les disparara a granel los miles y miles de dólares que recibieron con el cuento de ser estrategas y libertadores.

La característica de estos, quienes apoyaban el golpe, fue siempre la del vende patria porque no se descubrieron así en el 2018, fue algo que desde generaciones atrás ya traían en su ADN y los que más se destacaron en este sentido fue la Chamorrada; Otra característica fue que los participantes, en su mayoría, fueron hijos e hijas de papi y mami, a los que jamás les costó algo, fueron individuos que nunca hicieron nada, que jamás conocieron el trabajo digno, fueron vagos, que por escuchar el arcaico pensamiento conservador de sus progenitores se les ocurrió, solo porque así lo escucharon, que el sandinismo era malo y era malo por revolucionario, por estar cerca del pobre y entonces eso no gustó a los que vestían marcas, conducían autos del año, iban a las mejores discotecas, comían en los mejores restaurantes y se relacionaban solo en círculos de su misma condición, los ricos; estaban también los microfoneros y plumarios de algunas radios y periódicos descontentos porque la pauta publicitaria no les llegaba y es que además del financiamiento que recibían de la Fundación Violeta Barrios Chamorro, querían que el estado hiciera lo mismo, como para que se les premiara por el odio que fueron capaces de desatar a nombre de la libertad de expresión.

Ahora bien los que apoyaban aquella intentona, las características que tenían los que actuaron como ejecutores de las órdenes imperiales y a quién eran útiles los que vieron frustrado el golpe de estado de 2018, eran los que servían únicamente al interés del imperio norteamericano y a sus propios intereses y el pueblo de Nicaragua, al llamado del presidente Daniel Ortega, que dijo claramente todo tiene su límite, sí reaccionó pero en beneficio de sus intereses, en interés de sentirse parte de la solución, de ser constructor de su propia democracia, de ver realizada y en marcha su revolución, la de la salud, la educación, las carreteras, los caminos, la comunicación, la energización, la potabilidad del agua, el apoyo a los emprendedores, el deporte, el entretenimiento, el concepto de familia, los programas sociales, la paz, la libertad, la reconciliación, el espíritu de solidaridad y cristianismo que es lo que los asesinos golpistas, esos 222 deportados traidores a la patria y 94 prófugos, todos desnacionalizados, nos querían quitar desollándonos por no pensar como ellos o por ser sandinistas.

El imperio los parió, los crio, los amantó, les metió el software ante el que querían que respondieran y no desde el 2018, desde comienzos del siglo pasado cuando las intervenciones e invasiones eran físicas, de manera que se den por satisfechos por recibir a esos sus hijos de perra que fueron abandonados y dejados a su suerte porque hoy son la expresión del fracaso y que así como los cubanos batistianos hicieron en miami su gusanera, así los traidores desnacionalizados pueden hacer su propio cucarachero en la capital del sol.

Para quienes no han sufrido lo que nosotros ya sufrimos y de lo que solo pueblos como Cuba, Venezuela, Bolivia, Perú y ahora Brasil hemos llorado hasta con lágrimas de sangre, con la aclaración que nuestra experiencia fue una verdadera película de terror, decir lo que dicen, sin ver sus propios problemas, es verdaderamente hablar paja y a montón.

Que nos arrecha, que nos molesta, que nos indigna claro que sí, sobre todo porque a esos animales chúcaros se les dio amnistía y una y mil veces se les dijo que no habría repetición, pero la quisieron volver a montar y es cuando aquí se dijo que los perdone Dios, pero no nuestras leyes y se aplicaron con el rigor de un estado de derecho que no puede permitir en función de la vida misma que la delincuencia esté por encima de lo que nuestro gran pacto social, nuestra constitución dice.

Ante las canalladas, las mentiras e improperios de quienes nos dicen cualquier barbaridad y quieren seguir desde afuera jodiendo y jodiendo, claro, ahora pretendiendo que los vean como Ángeles cuando en realidad son Vampiros, hay que recordar a ellos y a los que no tienen ni idea de la monstruosidad que los traidores y desnacionalizados hicieron, lo siguiente:

Las cifras oficiales acusan pérdidas en la economía nacional por el intento fallido de golpe de estado, US $27,766.9 millones de dólares para el período quinquenal 2018-2023. Que la mayor concentración de daños fue infringida a la infraestructura municipal del país, por un monto de US$147.8 millones de dólares que representa el (71.6%) de las afectaciones directas, seguida de los daños a carreteras y otra infraestructura vial por US$39.6 millones de dólares o (19.2%) de afectaciones directas, daños a infraestructura de la Policía Nacional por US$5.7 millones de dólares o el (2.8%) de afectación directa, y daños en el resto de instituciones por US $13.4 millones de dólares o sea el (6.5%) de afectaciones directas.

Hay que recordarles que en total 18 instituciones del Gobierno, Alcaldías Municipales del País y 3 universidades reportaron daños y destrucción en su patrimonio. Hay que recordar a Michael Healy que decía que la economía no era lo importante que por culpa de él y sus socios en el COSEP se perdieron de 187,171 empleos formales adscritos al INSS, lo que redujo en US $110.1 millones de dólares a la seguridad social entre 2018-2019 y lo que puso en riesgo el pago puntual a 281,567 pensionados. Hay que recordar que, en este Intento Fallido de Golpe de Estado, dejaron como resultado 198 personas fallecidas, de las cuales 22 eran miembros de la Policía Nacional (20 Hombres y 2 Mujeres), dejando 1,240 personas lesionadas, de las cuales 401 son miembros de la Policía Nacional, heridos con armas de fuego.

Hay que recordarles a estos criminales que en el consolidado de daños a instituciones del estado y municipios se contabilizan una pérdida de U$206.5 millones, que se desglosan de la siguiente manera: 53 edificios destruidos, 203 edificios dañados, 49,560 millas de carreteras dañadas o destruidas y 159,580 millas de calles dañadas o destruidas por un monto total de U$174.19 millones de dólares; En Maquinarias y equipos se calcula una pérdida de 1,416 unidades por un monto de U$7.59 millones de dólares; en concepto de muebles y equipos de computación se perdieron 18,165 unidades con un costo de U$9.48 millones de dólares y en perdida de bienes destruidos o dañados se calculan 1,841 unidades por un monto de U$15.24 millones de dólares.

Pero estas cifras, que serán estadísticas de terror para la posteridad de los tiempos, son apenas la punta del iceberg de la verdadera causa del mal causando porque el país, por el nivel de destrucción, por la devastación moral que sufrió, por la huida del capital externo y la depresión de la inversión interna lo que perdió, hablemos de lucro cesante, fue de tal forma que la pérdida mayor por lo que dejamos de recibir o de transar fue de casi 28 mil millones de dólares para el quinquenio 2018-2023 y eso es un crimen IM-PER-DO-NA-BLE, es un daño que en un país que ahora dice los liberó, cuando en realidad aquí se les dijo llévenselos, les valdría la pena de muerte y por mucho menos de los rastros que las bestias al servicio del imperio dejaron aquí por lo que nada que se les pueda confiscar, por efectos de sus canalladas, hace cosquillas al enorme daño en términos de vidas humanas, materiales, morales, que dejó toda esta estupidez porque al final la pregunta es y para qué sirvió todo esto.

Veníamos tan pijudos, vivíamos tan bonito, las brechas de la polarización se habían acercado tanto, se respiraba tanta reconciliación, la democracia incluso traspasó el límite del libertinaje, que a la misma oposición, que después se transformó en oposicionismo, solo les faltó sarna para que se sintieran más a gusto de lo que estaban porque no una, sino muchas veces, escuché cara a cara, de esos que ahora son traidores y prófugos desnacionalizados, que incluso fueron ministros y altos tiliches de los gobiernos de Violeta, Arnoldo y el tristemente célebre ingrato de Enrique Bolaños, preguntarse hipócritamente y ¿Por qué cuando pudimos no hicimos lo que ahora el sandinismo hace?

Esa pregunta hipócrita, porque todos esos se dedicaron a robar, jamás a gobernar, siempre estuvo acompañada de una conclusión, que al sandinismo no lo bajarían del poder haciendo una revolución en paz por todo lo que había logrado materializar hasta aquel 2018 y por eso mismo la embajada americana aquí comenzó a entrenar y adiestrar a los terroristas cibernéticos para que se expresaran a través de las armas más poderosas de los cobardes; que son la calumnia, la difamación, la mentira y amenaza de muerte porque si nos remontamos a aquel escenario todo el origen del fuego graneado que recibimos fue mediático y bajo un diseño de terror que indudablemente caló en la siquis de la gente y que reaccionó solo cuando se dio cuenta que el odio había sobrepasado el gran esfuerzo de haber ubicado a la Nicaragua de ese momento como la tercera nación en el escalafón latinoamericano con promedio del 5% anual.

Las bestias que hicieron lo que hicieron fueron tan ciegas que no se percataron que su terrorismo se llevó de pasos hasta a sus hijos porque eso es lo que pasa cuando lo que se destruye es el bien público, cuando se queman los registros, cuando se destruyen las universidades, las municipalidades, se saquean los centros de salud, se destrozan estadios como hicieron con el “Soberanía”, se le pega fuego a cooperativas de ahorro como CARUNA, se incendian unidades de transporte público o ambulancias que es doblemente criminal y que se en gran parte con los recursos del presupuesto general de la república que se compone de los impuestos que pagamos todos.

Eso es lo que alentaron los mercenarios mediáticos del golpe que ahora en calidad de prófugos traidores están desnacionalizados y siguen en las mismas, hablando miércoles, pero desde afuera, eso sí, con el mismo nivel de perversidad aunque claros de que son bichos y alacranes que se quedaron ladrando desde YouTube pero a la arenas del desierto ante las que cuestionan y rebuznan porque el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Centroamericano de Integración Económica siguen habilitando financieramente a Daniel Ortega y es que no entienden que estas entidades financieras una y otra vez han exaltado que somos muy buenos socios, que somos sujetos de crédito porque somos excelentes pagadores, porque más de 75 auditorías aleatorias demuestran no solo la inmaculada ejecución de los proyectos financiados sino que además un solo centavo ha sido ni mal utilizado y menos desviado, como hacían aquellos ex ministros de la Violeta, Arnoldo o Enrique Bolaños y que ahora son cucarachas en la capital del sol robaban y robaban a granel por encima y por debajo de la mesa.

Los traidores, que efectivamente aún están en el rango de los 10 minutos de fama, se están creyendo el cuento de sus propias mentiras y piensan que porque los gobiernos de Chile, Costa Rica, México u otros, que pudieran aparecer, han emitido comentarios sobre la desnacionalización decidida contra los 222 agentes extranjeros y los 94 prófugos de la justicia, que aquí también nos tragamos la desinformación que estos padecen y al respecto esos que hablan babosadas sin tener la mínima idea de lo que nos representó a los verdaderos nicaragüenses aquella barbaridad, deberían mejor atender sus propios problemas y no nicaraguanizar las crisis irresolutas que ellos sí tienen.

Aquí hubo para los que no quisieron entender que todo tenía su límite una amnistía, un programa de atención a todas las víctimas, dos intentos de diálogo, el primero en el Seminario de Fátima, promovido por el mismo presidente Daniel Ortega, que propuso de mediador a la iglesia Católica y otro más tarde en el INCAE y qué pasó, el primero fue lanzado al fracaso por los cuatro obispos que en la mesa solo jugaron a mediadores, pero en realidad era parte de los terroristas y en el segundo fracasó porque el oposicionismo dejó de asistir cuando le cobraron todo lo que se llegaban a hartar porque a trabajar jamás.

Y además de todo lo dicho aquí, para esos que se rasgan las vestiduras porque la ley y el estado de derecho alcanzó a la soberbia de Rolando Álvarez, quien no recuerda cuando la Conferencia Episcopal en Pleno, llegó a la Secretaria a entregar al Presidente Daniel Ortega su propia nota Knox que establecía un cronograma para desmontar el estado y el gobierno, algo jamás visto en la historia de ningún país y fue a partir de ese momento, que aquello de que todo tiene un límite hizo valer lo que significaba y Nicaragua comenzó a ser liberada del secuestro que del 18 de abril al 15 de julio de 2018 padeció bajo las garras de asesinos, pandilleros, torturadores, violadores, líderes de barro, adoradores del diablo, partidos de papel que en su conjunto siempre serán la peor plasta que haya caído sobre los nicaragüenses de verdad.

Estamos los que seguimos construyendo la paz desde la Nicaragua actual del lado correcto de la historia. Nadie dude de ninguna manera que hicimos lo correcto para tener patria porque esos bastardos que nos la quisieron arrebatar la querían para el amo que aun les sigue financiando y todos debemos estar claros, que aunque nuestro interés es tener las mejores relaciones posibles con todo el mundo, hay quienes han demostrado no solo que son nuestros enemigos declarados, sino que se revuelcan de arrechura cuando nos defendemos, cuando en el camino vamos venciendo los obstáculos, cuando esquivamos con sabiduría el misil agresor que el imperio nos lanza a ruego de esos agentes extranjeros que fueron deportados y desterrados y que pueden decir cualquier babosada, pueden asumir que son lo más valientito del mundo, pueden inventarse que son guerreros, aunque varios de esos sufren cuando se les quiebra una uña, pero la verdad, verdad, la razón, el argumento, la realidad que tenemos, la conexión con el pueblo es nuestra verdadera línea de defensa y no hablo de ofensiva porque no la necesitamos si consideramos que quienes ya se fueron son cucarachas que entre ellas mismas se devoran y es algo que los caracterizó aquí y los caracterizará siempre, más ahora que los mercenarios saben que la plata está escaza y que el financiero se los llevó para no seguir echando plata en saco roto.

Todo purgante es horrible, los efectos de su ingesta no son agradables, pero una vez que la medicina hace expulsar lo sucio el cuerpo se regenera y Nicaragua lo que hizo es expulsar todo lo asqueroso que le afectaba y poner un basta ya a la existencia, en su suelo firme, de esa traición que se había convertido en moneda de uso corriente hasta que los 222 agentes extranjeros deportados, junto a 94 prófugos fueron desnacionalizados, no por pensar diferente a Daniel Ortega o al sandinismo, aquí hay quienes odian al presidente y su partido y ahí andan y no les pasa nada, en tanto no confundan la protesta y la libertad de expresión y organización con la violencia y la agresión, sino que esos que ya no están aquí es por asesinos, por delincuentes, por falaces, por estar penetrados por el odio y ser sirvientes y peleles, del enemigo de Nicaragua.

Estamos conscientes que la lucha en la que estamos involucrados los que queremos la paz en Nicaragua y tenemos plena certeza de estar del lado correcto de la historia no es fácil, pero sí estamos seguros que el fundamento de nuestros propósitos ya comenzó a partir la coraza de la inmensa roca que el imperio nos quiso lanzar y lo estamos haciendo como una gota de agua persistente que cayendo una a una sobre la granítica superficie del odio ya es un ejemplo de dignidad, ya es un manual de resistencia que otros consideran un deber hacerlo propio para frenar la arrogancia expansionista de los que siguen creyendo que seguimos siendo su patio trasero.

El imperio se quedó aislado creyendo que es el mundo y que representa al mundo y solo le hacen comparsa los que viven pegados a la manguera financiera del Tío Sam, pero en contraste emerge una visión que traza en el horizonte un planeta habitado por dos mundos, por un lado el capitalismo salvaje viendo cómo el dólar se queda sin valor y por otro el que desde la solidaridad por la humanidad crece desde el planteamiento de una nueva economía dónde la paz y el derecho de vivir en paz sea el estandarte de victoria contra Estados Unidos y sus perros de pelea que hoy por hoy están sacudidos por la determinación de una voluntad, por cierto muy poderosa, que desde su legítima razón, le dice a la Casa Blanca, a voz en cuello, cuidado que si me buscas me encuentras.

Quise a través de este editorial, documento o pensar, como usted quiera llamar, hacer un planteamiento que recoge la indignación de millones de nicaragüenses que estamos hartos de los sinvergüenzas, de los que un día mal nacieron aquí, que de todas formas siempre hablaron y pensaron en inglés, que estúpidamente se imaginaron que podían vencer nuestra razón para recuperar lo que nunca más tendrán y que se les ocurrió que el pueblo se correría al ruido de los caites porque gritaban desde las gargantas profundas de sus voceros y pintaban desde los garabatos absurdos de sus plumarios que Nicaragua sería abandonada por sus mejores hijos y que el yanqui interventor e invasor, otra vez vendría a sembrar sus tiendas de campaña para seguirnos robando.

Los golpes de estado, el arrebato de poder, los magnicidios, los fraudes electorales o cualquier otra idea oscura que pretenda sustituir a la máxima matemática de que la alternabilidad en el poder la determinan las urnas, dejaron de tener cabida en nuestro país y la oposición que existe debe aprovechar el tiempo que tiene para las próximas elecciones para organizarse, para encontrar una propuesta que sea mejor que la actual e identificar al líder o a los líderes que los represente si quieren acceder al poder, porque este lo confiere únicamente el pueblo y nunca un gobierno extranjero independientemente de su signo ideológico porque somos los nicaragüenses los dueños de nuestro país y decidimos por él los que tenemos autoridad moral para hacerlo.