Barricada

Sandino: Manifiesto a los pueblos de la tierra y en particular al de Nicaragua

El 13 de marzo de 1933, hace 90 años, el General Augusto C. Sandino redactó el Manifiesto a los pueblos de la tierra y en particular al de Nicaragua.

Es un documento muy extenso, a través del cual el General recorre la historia de Nicaragua a partir de la Independencia nacional, el 15 de septiembre de 1821, llegando al 13 de marzo de 1933.

En su Manifiesto, las narraciones históricas se fundamentan con documentos firmados por el mismo General, quien lo presenta íntegros. Por lo tanto, se encuentran tres cartas en versión original: las primeras dos dirigidas a Emilio Portes Gil, presidente de México (con fecha respectivamente del 6 de enero de 1929 y del 4 de diciembre de 1929) y una carta del 25 de enero de 1930 dirigida al Dr. Pedro José Zepeda, Representante General del EDSNN en México.

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Además, en el Manifiesto, se encuentran el texto completo del Convenio de Paz, firmado el 2 de febrero de 1933 y el Acta de cumplimiento del convenio de paz, del 22 de febrero de 1933.

Se nota, leyendo el Manifiesto, que el General Sandino quería que todos los pueblos del mundo y en particular el de Nicaragua, conocieran la historia más reciente de nuestro país, para comprender cuáles habían sido las razones profundas que lo habían motivado a promover y dirigir la lucha de liberación, en contra de las tropas de ocupación yanqui.

Sandino explicaba a sus contemporáneos, que la guerra había sido necesaria para restablecer la soberanía nacional y expulsar de Nicaragua a las tropas invasoras norteamericanas, pero que él había firmado el Convenio de paz por un sentido de gran responsabilidad hacia el pueblo nicaragüense. Al respecto, afirmaba: Me pareció criminal seguir en la guerra solamente por exigir escrito un reconocimiento que ya está en el corazón de todos los buenos nicaragüenses”.

Tras siete años de guerra en los que había visto de cerca las atrocidades y la destrucción de las que era capaz el Imperio, en alianza con la élite criolla local, el General Sandino decidió apostar por la paz, entregó parte de las armas con las que el EDSNN había combatido y anunció su activo compromiso para crear cooperativas en esas regiones del país que habían quedado por siglos en el abandono.

Tenía claro que la contraparte no estaba animada de las mismas intenciones y no actuaba con transparencia. Sin embargo, asumió los riesgos e hizo todo lo posible para que el proceso de paz se concretara y diera sus frutos.

Un año y un mes antes de ser asesinado a traición, el General Sandino daba a conocer este manifiesto. Se dirigía a los pueblos del mundo y de manera especial al de Nicaragua.

90 años después, nos llega la voz del General Sandino, como siempre vibrante, como siempre carismática.

El Equipo de Barricada/Historia propone a sus lectores algunos extractos significativos de este documento.



HERMANOS:
Ante todo quiero hacer constar que durante los siete años de guerra sostenidos por la restauración de la autonomía nacional de Nicaragua, no hemos contraído compromisos políticos con nadie.

Historiando
Nicaragua nació a la vida del pueblo libre, soberano e independiente, el 15 de Septiembre de 1821. Esta región del globo terrestre, por sus privilegios naturales ha sido codiciada por potencias extrañas desde el descubrimiento de América. Los españoles al resultar por el Atlántico, buscaron siempre el punto más delgado del continente para comunicarse con el Pacífico y desde entonces se viene pensando en un canal por Nicaragua.

La colonización por los españoles en el occidente de Nicaragua provocó la emigración de nuestros indios de aquella zona, quienes en su mayoría huyeron sobre el río Coco, desde Somoto Grande hasta el Cabo de Gracias a Dios y otros lugares de nuestro litoral Atlántico. Los Ingleses, despechados por el descubrimiento de España, se dedicaron a la piratería, lo mismo que otras naciones de la Europa.

 Los piratas ingleses en su mayoría no regresaban a su patria y buscaban refugio en el norte de América, principalmente en lo que hoy se llama Nueva York, o sea donde habitan los descendientes del becerro de oro, fabricado por los levitas en el Sinaí cuando Moisés dejó al pueblo hebreo con su hermano Aarón en la huida de Egipto, mientras Moisés creaba por su propia inspiración los diez mandamientos para moralizar al pueblo; más tarde el espíritu de Aarón vino a ser llamado por las generaciones actuales Cristóbal Colón, o sea el descubridor de las tierras de promisión.

Inglaterra tomó a uno de nuestros indios descendientes de los que bajaron sobre el río Coco al Atlántico, para un 23 de abril de 1825, en Belice, consagrarlo Monarca de nuestras costas mosquitas y desde entonces la Gran Bretaña aprovechándose del desconocimiento de nuestros hombres de estado, ejerció dominio en nuestro litoral Atlántico, hasta que a principios de este siglo el Presidente de Nicaragua, Gral. José Santos Zelaya, reincorporó a Nicaragua esa porción de tierra que indebidamente explotaron los ingleses.

El 4 de Mayo de 1855 salió de San Francisco de California para Nicaragua, una expedición de piratas Norteamericanos encabezada por William Walker, con propósitos de apoderarse de Centro América. Walker logró escalar el solio presidencial de la República de Nicaragua, y luego fue derrocado por los ejércitos Centroamericanos que a iniciativa del Presidente de Costa Rica Don Rafael Mora, lograron unirse y defenderse del peligro común; el pirata Walker, fue fusilado por fuerzas hondureñas en Trujillo el 12 de Septiembre de 1860.

El General José Santos Zelaya, tuvo conflicto con Inglaterra para lograr la reincorporación de la Mosquitia. Zelaya fue uno de los mejores gobernantes que ha tenido Nicaragua en cuanto a progreso y patriotismo.

Convencidos los Estados Unidos de Norteamérica, del alto patriotismo del antes dicho mandatario y que por su medio no podrían conseguir la enajenación de la autonomía nacional de Nicaragua, procedieron a fomentar la rebelión de 1909 en Bluefields, encabezada por Adolfo Díaz, Juan Estrada, José María Moncada y Emiliano Chamorro. Dos aventureros Norteamericanos de apellidos Canon y Gross, pagados por los revoltosos minaron para volar en el río San Juan del Norte, los barcos que conducían tropas del Gobierno. Las fuerzas gobiernistas al mando del Gral. Salvador Toledo, fusilaron a los dos aventureros yanques. El Gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, exigió a Zelaya, deponer la Presidencia de la República, y trató de capturarle, pero el Gobierno de México, don Porfirio Díaz, proporcionó a Zelaya un barco de guerra mexicano para ponerse a salvo de la ferocidad del Tío Sam. Los revoltosos encabezados por Díaz, Estrada, Moncada y Chamorro, arrastrándose llegaron al poder y consumaron los criminales tratados Bryan-Chamorro.

Con motivo de los mencionados tratados, hubo la revolución de 1912 en señal de protesta y que culminó con el asesinato del invicto y glorioso General Benjamín Zeledón. Era yo un muchacho de 17 años y presencié el destace de nicaragüenses en Masaya y otros lugares de la República, por fuerzas filibusteras norteamericanas. Personalmente miré el cadáver de Benjamín Zeledón, quien fue sepultado en Catarina, pueblo vecino al mío. La muerte de Zeledón, me dio la clave de nuestra situación nacional frente al filibusterismo norteamericano; por esa razón, la guerra en que hemos estado empeñados, la consideramos una continuación de aquella.

[…]

Momento actual

[…] “Soy independiente del Gobierno y permanezco en las mismas regiones Segovianas; no saldré del país, por el propósito de respaldar moralmente durante su administración al Dr. Sacasa; aprovecharé este tiempo para organizar cooperativas agrícolas, en estas bellas regiones que por siglo han permanecido abandonada de los hombres del estado”

Litigio territorial de Centro América

[…] “Centro América entera es unionista y eso los saben los buitres de la Casa Blanca. Hoy existen dos tendencias unionistas en Centro América; la primera es el pueblo, que desea unirse por afinidad de hermanos y defenderse del enemigo común… La segunda tendencia es imperialista, que la están patrocinando los banqueros de Norte América, con deseos de escoger para gobernante de las Cinco Secciones a un traidor centroamericano” […]

Personalidad del suscrito

Con motivo de los convenios de paz firmados el 2 de febrero próximo pasado, he recibido nuevas calumnias e insultos escritos de quienes, frotándose las manos, esperaban que de un solo tajo independizáramos a Nicaragua, olvidándose sin duda  de la raigambre que la intervención yanque tiene en todos los países de América Hispana y aun en el mundo, y que se dificulta soltar de en medio de la tarraya un nudo, sin tener que ver con otro nudo. El que tenga oídos que oiga y el que tenga ojos que mire el Porvenir de Nuestra América racial y que por esa razón se impone una alianza dentro de nuestros pueblos de habla española, más o menos en la forma que nuestro ejército lo tiene proyectado en el Plan de realización del supremos sueño de Bolívar.

Hermanos: Quedan los pueblos de la tierra y en particular el de Nicaragua, en condiciones de juzgar nuestra actitud durante los siete años de guerra que hemos sostenido por la restauración de la autonomía nacional de Nicaragua, sin haber recibido apoyo, ni haber contraído de nuestra parte compromisos políticos con nadie.

Bocay, las Segovias, Nicaragua, C.A., marzo 13 de 1933.

Patria y Libertad

A.C. SANDINO.