“A 203 Años de nuestra Independencia nos saludamos en Tiempos Nuevos y ante los retos de este otro Mundo donde nos corresponde seguir trabajando junt@s, para dejar atrás pobrezas y dolores y hacer realidad los Sueños comunes de Paz, Trabajo, Seguridad y Derechos.
Al celebrarnos como Pueblos Valientes y Luchadores, nos abrazamos con la Esperanza cierta de un Futuro de Comunidades Prósperas, Tranquilas, Seguras y Dichosas”.
Cmdte. Daniel Ortega
Cra. Rosario Murillo
13 de septiembre de 2024
El 15 de septiembre es la fecha más celebrada por los pueblos centroamericanos, por simbolizar la independencia del Reyno de España, después de tres largos siglos de dominación. El 15 de septiembre de 1821, se firmó el Acta de Independencia, con el liderazgo de los criollos, como se llamaba a los hijos e hijas de españoles nacidos en América, que eran la clase hegemónica desde la época de la colonización. El movimiento independentista que tuvo preanuncios en Guatemala, El Salvador y Nicaragua, donde patriotas llevaron a cabo movimientos independistas, siendo perseguidos y reprimidos por las autoridades coloniales.
Primera conjura de El Salvador
Entre 1811 y 1813 se registraron insurrecciones y conjuraciones. El primer grito de independencia, Marco Antonio Marure, Matías Delgado, Nicolas Aguilar, Juan Manuel Rodríguez y Manuel José Arce, promovieron la independencia del reino de Guatemala, levantando una conspiración contra el intendente de la Provincia, Antonio Gutiérrez Ulloa, que estalló el 5 de noviembre de 1811. Este alzamiento fracasó por falta de coordinación. El Capitán General del reino de Guatemala, José Bustamante, envió al coronel de milicias José Aycinena, para que se encargara de la intendencia salvadoreña, y por su parte del arzobispo Ramón Casaus, envió varios curas para que predicaran en contra de la independencia.
Insurrecciones de León y Granada, en Nicaragua
El día 13 de diciembre de 1811, el fraile guatemalteco Felipe Michelena, encabezó una insurrección en León, pero no tuvo éxito al ser delatada. Tuvo mayor impacto la insurrección de Granada, del 22 de diciembre del mismo año. Los ciudadanos de Granada exigieron la renuncia de todos los funcionarios coloniales, que se vieron obligados a ceder. Capturaron el fuerte colonial de San Carlos y reconocieron como nuevo intendente al Obispo Fr. Nicolás García Xerez. Este movimiento fue reprimido rápidamente empezando un ataque militar el 12 de abril que obligó a los patriotas a rendirse y entregar las armas el día 22 del mismo mes.
Fueron capturados y condenados a muerte los patriotas que seguidamente nombramos: Miguel Lacayo, Telésforo y Juan Argüello, Manuel Antonio Cerda, Joaquín Chamorro, Juan Cerda, Francisco Cordero, José Dolores Espinoza, León Molina, Cleto Bendaña, Vicente Castillo, Gregorio Robledo, Gregorio Bracamonte, Juan Dámaso Robledo, Faustino Gómez y Manuel Parrilla. Otros nueve prisioneros fueron condenados a cadena perpetua, y 133 más a tiempo indefinido en la cárcel. Los condenados a muerte fueron conmutados a cadena perpetua y fueron enviados a cárceles de Guatemala, en los castillos del Atlántico (talvez el castillo de la Inmaculada Concepción en Río San Juan) y otros fueron deportados a España. En el centro de la bicentenaria ciudad de Granada, la Gran Sultana, se erige un monumento en honor a los patriotas independistas.
El padre Tomás Ruíz, líder de la conspiración de Belén
La conocida conjuración de Belén, un convento localizado en el centro de la ciudad de Guatemala, en ese entonces sede de la Capitanía General de Centroamérica o Reino de Guatemala. Este movimiento, que no tuvo el éxito al ser delatado, estalló el 21 de diciembre de 1813, y con la participación de un número importante de patriotas se propuso la captura y deposición del Capitán General Bustamante y sus seguidores; la liberación de los presos de Granada y tercero la proclamación de la independencia.
La junta revolucionaria independista estaba presidida por Fr. Juan de la Concepción, Sub-Prior del Convento de Belén, y era dirigida por el Dr. Tomás Ruíz, indígena chorotega originario de El Viejo, Chinandega, en Nicaragua. Victimas de la traición, fueron capturados y condenados a la pena ordinaria del garrote, el Dr. Tomás Ruíz, Víctor Castrillo, Barrundia, Joaquín Yudice, por ser hidalgos; a morir en la horca fueron condenados el indígena guatemalteco Manuel Tot, el Prior del Convento, Andrés Ibarra Dardón, Manuel de San José, y otros seis prisioneros. Estos prisioneros fueron liberados en 1819, gracias a la presión de personas notables para que no aplicaran estos procedimientos inhumanos. El arzobispo Casaus, se ensañó con el padre indio Tomás Ruíz, que murió años después en San Cristóbal de las Casas, a causa de los estragos del encarcelamiento.
Hay que recordar que días después de la conjuración de Belén, se dio la segunda conjura de El Salvador, con el liderazgo de Manuel José Arce y Juan Manuel Rodríguez, que fueron hechos prisioneros y guardaron cárcel por cerca de seis años.
La Independencia centroamericana
La independencia se consumaba en Sudamérica y en México, y era inevitable su influencia en el reino de Guatemala. Los diputados centroamericanos ante la Corte de Cádiz, lograron que se destituyera al Capitán General José Bustamante. La campaña victoriosa en la Nueva España (México) agitó los ánimos en el reino de Guatemala, donde hubo alarma por la proliferación de publicaciones llamando a la independencia, y el papel cada vez mas comprometido de la Universidad de San Carlos, temiendo por la participación del pueblo. Los acontecimientos se precipitaron, el Capitán General, Carlos Urrutia y Montoya, renunció el 5 de marzo de 1821, y delegó de manera provisional en Gabino Gainza. El 4 de septiembre, el Síndico Aycinena, pronunció un alegato a favor de la independencia, con la oposición de Gainza. Para entonces Ciudad Real, Tuxtla y Comitán, habían proclamado su independencia de España, y el ejército mexicano se aproximaba a la frontera con Guatemala.
Se convocó con urgencia a toda la diputación provincial, los cuerpos colegiados, ambos Cabildos, las órdenes religiosas y la Universidad, y por voto unánime se votó a favor de la independencia de Centroamérica, entre los firmantes estaba el doctor Miguel de Larreynaga, de la Provincia de León. Era un día sábado 15 de septiembre de 1821, cuando se leyó el acta y se celebró con fuegos artificiales y música de marimba.
Sincerar la historiaSin embargo, esta historia oficial, hay que sincerarla, como decía el historiador nicaragüense Aldo Díaz Lacayo. La independencia del 15 de septiembre de 1821, fue un acto administrativo pactado por la familia Aycinena con las autoridades coloniales, para mantener la hegemonía criolla y evitar un posible alzamiento popular e indígena. Fue una puesta en escena, porque ya estaba prevista la anexión al imperio mexicano de Agustín de Iturbide, que, con nefastas consecuencias para la unión de Centroamérica, duró hasta el 1 de julio de 1823, cuando se da la segunda y verdadera independencia, en la que con verdadero espíritu revolucionario se afirma que Centroamérica nunca más será subyugada por ninguna potencia extranjera.
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