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La historia de Natalia López, una reina que inspira con su amor al folclore

Escrito por : Iris Varela 14 de mayo de 2025

En su andar firme, con la gracia de quien se sabe heredera de una tierra rica en cultura, Natalia López no solo representa a Carazo como reina de belleza, sino que encarna la historia de una joven nicaragüense que venció miedos, abrazó sus raíces y hoy inspira con su amor al folclor.

“Ha sido un proceso un poquito difícil, pero satisfactorio a la vez”, confiesa Natalia, con la mirada llena de luz.
“Pasar el menor tiempo posible con personas en el exterior no era por ser asocial, sino por temor a ser juzgada… pero fue gracias al ballet folclórico nicaragüense que me enseñó a sentirme plena y mostrar cómo soy”, recuerda emocionada. Su entrada al mundo del baile no fue casual: fue su hermana quien, entusiasta, la animó a probar algo nuevo, a salir del encierro de casa y clases, y a descubrir la alegría que se esconde tras los trajes típicos y las coreografías.

Natalia aprendió a bailar y aprendió a vivir. “Me costó, pero me encantó. De esto se trata la vida, de arriesgarse”, dice. Asegura que los grandes maestros, su hermana y otras personas clave fueron ángeles que la empujaron a convertirse en la mujer decidida que es hoy.

La experiencia de representar a Nicaragua en España marcó un antes y un después. Allá, lejos del país, los sonidos de la marimba hicieron lo suyo.

“Cuando sonaron las marimbas… fue inevitable. Tus pies y tu cuerpo te dicen que tenés que bailar. Me sentí plena, libre”, cuenta entre risas. Ese momento captó la atención de quienes la rodeaban, abriendo conversaciones sobre los bailes, los trajes típicos y la riqueza cultural de Nicaragua. “Cumplimos el objetivo”, afirma orgullosa. “No solo yo, sino también Olidayra y Nicole, que me acompañaron en esa presentación”.

El baile, especialmente el folclor, es más que un pasatiempo para Natalia: es su refugio, su espacio seguro y su pasión. “Lo que sentís cuando bailás… te desconectás totalmente del entorno. Es algo indescriptible”, dice. En su caso, ha sido también un medio para crecer personalmente y para impulsar a otras mujeres a hacerlo. “Los miedos siempre van a estar, lo importante es sacarle provecho a todas las situaciones que se nos presentan. El ‘no’ ya lo tenemos, ¿por qué no ir en busca del ‘sí’?”, expresa con convicción.

Natalia celebra que en Nicaragua hoy existan espacios como la Casa de Cultura Camilo Zapata, donde se puede aprender danza, dibujo, canto y más, de forma gratuita. “Ya no hay excusas para limitarnos”, afirma. Ella es prueba viviente de eso. Gracias al programa Reinas Nicaragua, no solo encontró una plataforma para mostrar su talento, sino también un proceso de crecimiento personal que transformó su vida. “Quizás nunca pensé ser como esas reinas de belleza… pero hoy, a mis 20 años, me siento orgullosa de todo lo que he logrado”, dice con firmeza.

Con voz segura, invita a otras jóvenes a no tener miedo, a confiar en sí mismas y a decir “sí” a las oportunidades que la vida les presenta. “Este es el ejemplo de una niña que no se atrevía… y ahora ha logrado tanto. Solo den ese pasito, porque los sueños sí se cumplen”, concluye Natalia, la reina caraceña que descubrió su poder bailando al ritmo de la identidad nicaragüense.