Biografías

89 Aniversario del Natalicio del  Comandante Carlos Fonseca Amador

Escrito por : Manuel Lucero 23 de junio de 2025

“Hoy le decimos a Carlos, que estamos en la Lucha, que seguimos en la Batalla, y que seguimos construyendo, sobre todo estamos construyendo, porque hemos sabido defender la Paz, estamos sabiendo defender la Paz. Y con Paz hay Seguridad, y cuando hay Paz y Seguridad, entonces hay Bienestar para tod@s l@s nicaragüenses”

Comandante Daniel Ortega Saavedra

El 23 de junio de 1936, del vientre bendito de Agustina Fonseca Úbeda, una joven que había llegado seis años antes a Matagalpa, nació un niño que fue llamado Carlos Alberto Fonseca Amador.   Era la joven a quien llamaban “Tina”, portadora de la belleza de las mujeres de San Rafael del Norte, su tierra natal, en la que la familia Úbeda se destacaba por su dedicación al trabajo como sembradores y ganaderos, así como por su vida austera.  Apenas con veinte años de edad Tina, huyendo de los rigores de la guerra entre el Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua y los invasores yanquis, llegó a la Perla del Septentrión, donde se dedicó a trabajos humildes para poder criar a sus hijos.   El padre de Carlos, fue Fausto Amador, miembro de una de las familias prominentes de Matagalpa dedicadas al cultivo del café.   Carlos se distinguió por su acentuado parecido físico con su padre y sus hermanos paternos.

         Carlos, al igual que Sandino, tuvo orígenes humildes.  Hijos de abnegadas madres solteras empobrecidas, con infancias duras, con escasa relación con sus padres, por lo menos en los primeros años de vida, privaciones de todo tipo, pero con una voluntad de vivir que forjó su rebeldía, su conciencia de las contradicciones de clase social, la ambición desmedida de los ricachones de Nicaragua y el estado corrupto que protegía a los poderosos y reprimía a campesinos e indígenas que aspiraban a una vida digna, con justicia, con acceso a la tierra, a salud.  

Encuentro de Augusto C. Sandino y Carlos Fonseca

Ambos, en su tiempo, asumieron la carga de la lucha contra la intervención yanqui y la dictadura somocista y sus esbirros.   Sandino, asumió la tarea histórica de defender el honor de la patria y soñaba con, una vez alcanzada la paz, establecer un régimen de cooperativas agrícolas en Wiwilí.   Sueño truncado por su muerte a traición la nefasta noche del día 21 de febrero de 1934.    A pesar de los intentos de la dinastía sangrienta, su luz no fue apagada. 

Sus banderas fueron alzadas por el joven revolucionario Carlos Fonseca Amador, que encontró en el ideario y práctica de Sandino, el alma de las nuevas luchas, búsqueda que inició desde su temprana juventud en las aulas del Matagalpa, en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua en León, donde estudió derecho, en las filas guerrilleras del Destacamento Rigoberto López Pérez, en el Chaparral, hasta la fundación gloriosa del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), la gesta guerrillera de Pancasán en las montañas matagalpinas, hasta su caída en Zinica el 8 de noviembre de 1976, cuando fue asesinado después de ser herido y capturado.  Igual que sucedió con el Comandante Ernesto Che Guevara en las selvas bolivianas el 9 de octubre de 1967.  

Por esos extraños paralelismos de la historia revolucionaria latinoamericana, Emiliano Zapata, Augusto C. Sandino, Ernesto Che Guevara y Carlos Fonseca, fallecieron en circunstancias parecidas casi a la misma edad.  Muertos que nunca mueren y siguen caminando a lo largo de Latinoamérica, sembrando resistencia al modelo de muerte del capitalismo y mostrando el camino hacia la vida plena.

Itinerario de vida de Carlos Fonseca

El 23 de junio, celebramos el natalicio del Padre de la Revolución Popular Sandinista, fundador y Comandante en Jefe del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), Carlos Alberto Fonseca Amador.  El niño del Barrio El Laborío, en Matagalpa, amigo desde la infancia del comandante Tomás Borge Martínez.  El estudiante brillante del Instituto Nacional del Norte (INN), donde fue el primero en los cuadros de honor, ganando la Estrella de Oro, por su excelencia académica en cada uno de los cinco años de formación, y en el que fundó, en 1955, con otros condiscípulos la revista estudiantil Segovia, en la que escribió artículos y ensayos.  Bibliotecario del Instituto Ramírez Goyena, en Managua, adonde llegó contratado por el profesor Guillermo Rothschuh Tablada, con nada más que un par de zapatos, poca ropa y muchos libros.   Luego, en 1956, estudiante de derecho en la Universidad Nacional de Nicaragua, donde desplegó una intensa actividad política asumiendo la dirección del periódico El Universitario, editado por el Centro Universitario de la Universidad Nacional (CUUN).  En 1957 participó en el Sexto Congreso Mundial de los Estudiantes y la Juventud por la Paz y la Amistad, escribiendo a su regreso su conocido libro Un nicaragüense en Moscú.   Su vocación revolucionaria se afirma son su incorporación al Destacamento Rigoberto López Pérez, de El Chaparral, donde fue herido en combate.    El 23 de julio de 1961, participó en la fundación del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), junto a los comandantes Tomás Borge Martínez, Faustino Ruiz, Jorge Navarro, Francisco Buitrago, José Benito Escobar, Silvio Mayorga, Germán Pomares Ordóñez y Rigoberto Cruz (Pablo Úbeda).  En 1967, dirigió la organización de los focos guerrilleros en Pancasán y Fila Grande, en Matagalpa, y fue ratificado como Comandante en Jefe del FSLN.   Ese mismo año dio a conocer el Programa Histórico del FSLN y  en 1976, ofrenda su sangre generosa por la libertad de la Patria de Sandino.

Carlos Fonseca Amador, místico revolucionario, asceta, el que reencontró a Sandino, vive en el pueblo nicaragüense que devotamente, con cariño, celebra con  flores, cantos y poesía el 89 aniversario de su natalicio.

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