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Fuerza Aérea de Nicaragua: Un legado de resistencia

Escrito por : Ivania Gutiérrez 29 de julio de 2025

Durante el acto conmemorativo del 46 aniversario de la fundación de la Fuerza Aérea y Defensa Antiaérea, el Comandante y Copresidente Daniel Ortega evocó los orígenes heroicos de esta institución, marcada por la lucha contra la dictadura somocista y las intervenciones extranjeras.

Orígenes en la lucha revolucionaria

El comandante rememoró los primeros pasos de la Fuerza Aérea durante la insurrección contra la tiranía somocista. Sin contar con una estructura formal ni aviones de combate, el Frente Sandinista logró reunir tres aeronaves civiles para transportar armas. Mencionó que en una acción simbólica, se decidió lanzar bombas sobre la presidencia donde se encontraba Somoza. El operativo fue ejecutado por dos valientes pilotos: un hermano panameño el cual describió como un tremendo piloto y un nicaragüense, marcando así el nacimiento de la Fuerza Aérea popular.

Cooperación soviética y defensa nacional

El comandante destacó que la Unión Soviética fue un aliado determinante en la defensa antiaérea del país. Con el envío de equipamiento militar, incluyendo medios antiaéreos de mayor escala, Nicaragua pudo resistir las agresiones aéreas de Estados Unidos durante los años 80. Particularmente ingeniosa fue la estrategia de utilizar luces potentes para desorientar al avión espía conocido como el “pájaro negro”, una aeronave avanzada que sobrevolaba el país durante las noches.

El gesto de cooperación soviética fue reconocido como parte de una solidaridad fraterna entre pueblos revolucionarios. El Copresidente Ortega rememoró que la Unión Soviética, liderada por Lenin, fue el primer Estado socialista en el mundo, un símbolo para quienes luchan contra el hambre, la miseria y la esclavitud.

Luchas históricas: De William Walker a la resistencia indígena

El comandante Ortega dedicó parte del discurso a recordar uno de los capítulos más emblemáticos de la resistencia nacional: la invasión del filibustero estadounidense William Walker en el año 1855. Tras la independencia de Centroamérica en 1821 y la abolición de la esclavitud por decreto de los líderes independentistas, Walker se autoproclamó presidente de Nicaragua y reinstauró la esclavitud, anulando los avances logrados por los pueblos libres de la región.

Frente a esta agresión imperialista, el pueblo nicaragüense se unió en defensa de la soberanía nacional. Campesinos, mestizos e indígenas de Matagalpa conformaron un ejército popular con recursos limitados, pero con profundo espíritu patriótico. En este contexto, se exaltó la figura de Andrés Castro, quien, en una escena que ha quedado grabada en la memoria colectiva, derrotó a un soldado invasor lanzándole una piedra, símbolo eterno de la dignidad y la fuerza indígena.

Según el mandatario, esta acción heroica representa la resistencia viva del pueblo nicaragüense frente a los intentos de sometimiento. A pesar de los intentos coloniales de borrar la identidad y cultura originaria, las raíces indígenas sobrevivieron y se manifestaron en defensa de la patria, dando lugar a la primera derrota de los Estados Unidos en América.

La dignidad no se rinde: Diez años de resistencia frente a la agresión estadounidense

El Comandante Daniel Ortega recordó la guerra de diez años contra la intervención de Estados Unidos, liderada por Ronald Reagan. Nicaragua enfrentó una ofensiva militar, económica y política implacable. Más de 100,000 nicaragüenses ofrecieron sus vidas en defensa de la patria.

A lo largo de esta etapa, Ortega destacó el coraje de los combatientes que, “Aunque los combatientes veían caer a un compañero, no huían, seguían combatiendo”. Según sus palabras, “con el alma, la fortaleza de los hermanos cachorros entonces… soldados del ejército, se logró que una guerra… de diez años enfrentando a los Estados Unidos… al final fueron derrotados”.

El Copresidente enfatizó que lo que hizo posible esa victoria fue una fuerza moral profunda: “La dignidad no se puede matar, la dignidad no se puede erradicar”. Este valor moldeado en las raíces históricas y en el alma popular fue el escudo que defendió a Nicaragua. Por ello, aseguró que los miembros actuales de la Fuerza Aérea están “Hechos de ese barro, están hechos de ese acero”.