En una amplia entrevista, la Comisionada General Vilma Reyes, Directora de Tránsito Nacional, expuso los avances y desafíos que enfrenta Nicaragua en materia de seguridad vial durante el año 2025. El objetivo central, recalcó, es proteger la vida de conductores, pasajeros y peatones, reduciendo tanto la ocurrencia como la gravedad de los accidentes de tránsito.
La jefa policial subrayó que en los últimos meses se han registrado días sin víctimas mortales, como ocurrió el martes y miércoles recientes, lo que atribuye al esfuerzo conjunto entre instituciones, gobiernos locales y la ciudadanía. “Nuestro mandato, de parte del presidente y la vicepresidenta, es claro: cuidar la vida. Y eso implica reducir los fallecidos y lesionados”, expresó.
Resultados y cifras
De acuerdo con los registros de la Policía Nacional, en lo que va del año se ha reducido un 1% la cantidad de fallecidos y un 8% la de lesionados por accidentes de tránsito, en comparación con el mismo período del año anterior. Sin embargo, la ocurrencia total de accidentes ha aumentado un 8%, situación que Reyes asocia al crecimiento del parque vehicular y al incremento en la movilidad.
Los fines de semana continúan siendo los días de mayor peligrosidad, en especial los domingos, mientras que el 72% de las muertes ocurren en carreteras. Las principales causas identificadas son el giro indebido, el exceso de velocidad, la invasión de carril y la imprudencia peatonal. La velocidad, que históricamente ocupó el primer lugar, ahora ha descendido al segundo gracias a planes de control más estrictos, como el límite piloto de 50 km/h para vehículos y 40 km/h para motocicletas.
Trabajo educativo y medidas coercitivas
La Comisionada destacó que la estrategia de seguridad vial combina educación y sanción. En el plano educativo, resaltó la jornada nacional de educación vial que involucra a toda la comunidad escolar, desde la primera infancia hasta la universidad, con actividades lúdicas, competencias y campañas de sensibilización. “Los niños nos ayudan mucho, corrigen a sus padres y se involucran en los juegos que promueven el respeto a las señales”, comentó.
En cuanto a las medidas coercitivas, se aplican sanciones económicas, suspensión de licencias e incluso procesamiento judicial en casos graves. La conducción en estado de ebriedad implica retención de 72 horas y suspensión de licencia por tres meses en la primera infracción, seis meses en la segunda y cancelación definitiva en la tercera. Además, ya se están procesando casos por “exposición de personas al peligro” en situaciones de manejo temerario, competencias ilegales o exceso de velocidad con pasajeros a bordo.
Motociclistas, un grupo prioritario
Con más de 900 mil motocicletas circulando en el país, el segmento de motorizados concentra una parte importante de las víctimas. Por ello, los planes incluyen capacitaciones, control de velocidad y uso obligatorio del casco. “Si son más, y son los que más fallecidos aportan, hay que trabajarlos de manera especial”, enfatizó Reyes.
Retos y llamado a la responsabilidad
El crecimiento anual del parque vehicular (8.5%) y de la cantidad de conductores (11%), frente a una red vial que crece apenas un 1%, plantea desafíos adicionales. Para enfrentarlos, la Policía intensifica operativos con radares, alcoholímetros y retenes en los puntos de mayor riesgo.
La Comisionada concluyó con un llamado a todos los usuarios de la vía: “Hagan de la ley una norma de conducta. Respetar la vida es respetar las señales de tránsito. Cuiden su licencia, cuiden su vida y la de su familia. Una señal de alto no respetada puede significar una vida perdida”.
