Credo del Che
Roque Dalton
El ché Jesucristo
fue hecho prisionero
después de concluir su sermón en la montaña
(con fondo de tableteo de ametralladoras)
por rangers bolivianos y judíos
comandados por jefes yankees-romanos.
Lo condenaros los escribas y fariseos revisionistas
cuyo portavoz fue Caifás Monge
mientras Poncio Barrientos trataba de lavarse las manos
hablando en inglés militar
sobre las espaldas del pueblo que mascaba hojas de coca
sin siquiera tener la alternativa de un Barrabás
(Judas Iscariote fue de los que desertaron de la guerrilla
Y enseñaron el camino a los rangers)
Después le colocaron a Cristo Guevara
una corona de espinas y una túnica de loco
y le colgaron un rótulo del pescuezo en son de burla
INRI: Instigador Natural de la Rebelión de los Infelices
Luego le hicieron cargar su cruz encima de su asma
y lo crucificaron con ráfagas de M-2
y le cortaron la cabeza y las manos
y quemaron todo lo demás que la ceniza
desapareciera con el viento
En vista de lo cual no le ha quedado al Ché otro camino
que el de resucitar
y quedarse a la izquierda de los hombres
exigiéndoles que apresuren el paso
por los siglos de los siglos
Amén
«Che»
Julio Cortázar
Yo tuve un hermano
no nos vimos nunca
pero no importaba.
Yo tuve un hermano.
que iba a los montes
mientras yo dormía
mientras yo dormía.
Lo quise a mi modo,
le tomé su voz
libre como el agua,
caminé de a ratos
cerca de su sombra.
No nos vimos nunca
pero no importaba,
mi hermano despierto
mientras yo dormía.
Mi hermano mostrándome
detrás de la noche
su estrella elegida.
Hasta Siempre Comandante
Carlos Puebla
Aprendimos a quererte
Desde la histórica altura
Donde el sol de tu bravura
Le puso un cerco a la muerte
Aquí se queda la clara
La entrañable transparencia
De tu querida presencia
Comandante Che Guevara
Vienes quemando la brisa
Con soles de primavera
Para plantar la bandera
Con la luz de tu sonrisa
Aquí se queda la clara
La entrañable transparencia
De tu querida presencia
Comandante Che Guevara
Tu amor revolucionario
Te conduce a nueva empresa
Donde esperan la firmeza
De tu brazo libertario
Aquí se queda la clara
La entrañable transparencia
De tu querida presencia
Comandante Che Guevara
Aquí se queda la clara
La entrañable transparencia
De tu querida presencia
Comandante Che Guevara
Seguiremos adelante
Como junto a ti seguimos
Y con Fidel, te decimos
Hasta siempre, Comandante
Aquí se queda la clara
La entrañable transparencia
De tu querida presencia
Comandante Che Guevara
Aquí se queda la clara
La entrañable transparencia
De tu querida presencia
Comandante Che Guevara
Esa ola irá creciendo cada día que pase
Esa ola ya no parará más
Che Comandante, amigo
Nicolás Guillén
No porque hayas caído
tu luz es menos alta.
Un caballo de fuego
sostiene tu escultura guerrillera
entre el viento y las nubes de la Sierra.
No por callado eres silencio.
Y no porque te quemen,
porque te disimulen bajo tierra,
porque te escondan
en cementerio, bosques, páramos,
van a impedir que te encontremos
Che Comandante, amigo.
Con sus dientes de júbilo
Norteamérica ríe. Más de pronto
revuélvese en su lecho
de dólares. Se le cuaja
la risa en una máscara,
y tu gran cuerpo de metal
sube, se disemina
en las guerrillas, como tábanos,
y tu ancho nombre herido por soldados
ilumina la noche americana
como una estrella súbita, caída
en medio de una orgía.
Tú lo sabías, Guevara,
pero no lo dijiste por modestia,
por no hablar de ti mismo.
Che Comandante, amigo.
Estás en todas partes. En el indio
hecho de sueño y cobre. Y en el negro
revuelto en espumosa muchedumbre,
y en el ser petrolero y salitrero,
y en el terrible desamparo
de la banana, y en la gran pampa de las pieles,
y en el azúcar y en la sal y en los cafetos,
tú, móvil estatua de tu sangre como te derribaron,
vivo, como no te querían,
Che Comandante, amigo.
Cuba te sabe de memoria. Rostro
de barbas que clarean. Y marfil
y aceituna en la piel de santo joven.
Firme la voz que ordena sin mandar,
que manda compañera, ordena amiga,
tierna y dura de jefe camarada.
Te vemos cada día ministro,
cada día soldado, cada día
gente llana y difícil cada día.
Y puro como un niño
o como un hombre puro,
Pasas en tu descolorido, roto, agujereado
traje de campaña.
El de la selva, como antes
fue el de la Sierra. Semidesnudo
el poderoso pecho de fusil y palabra,
de ardiente vendaval y lenta rosa.
No hay descanso.
¡Salud Guevara!
O mejor todavía desde el hondón americano:
Espéranos. Partiremos contigo. Queremos
morir para vivir como tú has muerto,
para vivir como tú vives,
Che Comandante, amigo.
Si el poeta eres tu
Pablo Milanés
Yo tuve un hermano
No nos vimos nunca, pero no importaba
Yo tuve un hermano que iba por los montes
Mientras yo dormía
Lo quise a mi modo
Le tomé su voz libre como el agua
Caminé de a gatos cerca de su sombra
No nos vimos nunca, pero no importaba
Mi hermano despierto mientras yo dormía
Mi hermano mostrándome detrás de la noche
Su estrella elegida
Si el poeta eres tú
Como dijo el poeta
Y el que ha tumbado estrellas en mil noches
De lluvias coloridas eres tú
Qué tengo yo que hablarte, comandante
Si el que asomó al futuro su perfil
Y lo estrenó con voces de fusil
Fuiste tú, guerrero para siempre, tiempo eterno
Qué puedo yo cantarte, comandante
En vano busco en mi guitarra tu dolor
Y en mi jardín ya todo es bello, no hay temor
Qué puedo yo dejarte, comandante
Que no sea cambiar mi guitarra por tu suerte
O negarle una canción al sol
O morir sin amor
Qué puedo yo cantarte, comandante
Si el poeta eres tú
Como dijo el poeta
Y el que ha tumbado estrellas
En mil noches de lluvias coloridas eres tú
Qué puedo yo cantarte, comandante.
La historia del CHE
Leonel Rugama
El libro de la historia del CHE
hijo de Augusto
hijo de Lautaro:
Lautaro
“lnche Lautaro
apubim ta pu huican”
(Yo soy Lautaro que acabó con los españoles)
casado con Guaconda
y hermano a su vez de Caupolicán (el flechador del cielo)
y de Colocolo
engendró a Oropello;
Oropello engendró a Lecolón,
y a sus hermanos;
Lecolón engendró a Cayeguano;
Cayeguano engendró a Talco;
Talco engendró a Rengo;
Rengo engendró a Tupac-amaru;
Tupac-amaru engendró a Tupac-yupanqui;
Tupac-yupanqui engendró a Tucapel;
Tucapel engendró a Urraca de Panamá;
Urraca engendró a Diriangén de Nicaragua
y este se suicidó
en las faldas del volcán Casitas
para nunca ser capturado.
Diriangen engendró a Adiact
y este fue colgado
en un palo de tamarindo que está en Subtiava
«Aquí murió el último jefe indio»
y la gente de todas partes lo llega a ver como gran cosa
Adiact engendró a Xochitl Acatl (Flor de la caña)
Xochitl Acatl engendró a Guegue Miquistl (perro viejo),
Guegue Miquistl engendró a Lempira;
Lempira engendró a Tecun-Uman;
Tecun-Uman engendró a Moctezuma Iluitamina;
Moctezuma Iluicamina engendró a Moctezuma Zocoyotlzin;
Moctezuma Zocoyotlzin engendró a Cuauhtemoc;
Cuauhtemoc engendró a Cuauhtemotzin
y este fue ahorcado por los hombres de Cortes
y dijo:
«Así he sabido
lo que significa confiar
en vuestras falsas promesas
¡oh malinche! (Cortés)
yo supe desde ese momento
en que no me di muerte
por mi propia mano
cuando entrasteis a mi ciudad
de Tenochtitlán
que me tenías reservado ese destino».
Cuauhtemotzin engendró a Quaupopoca;
Quaupopoca engendró a Tlacopán;
Tlacopán engendró a Huascar;
Huascar engendró a Jerónimo;
Jerónimo engendró a Pluma Gris;
Pluma Gris engendró a Caballo Loco;
Caballo Loco engendró a Toro Sentado;
Toro Sentado engendró a Bolivar;
Bolivar engendró a Sucre;
Sucre engendró a José de San Martín;
José de San Martín engendró a José Dolores Estrada;
José Dolores Estrada engendró a José Martí;
José Martí engendró a Joaquín Murrieta;
Joaquín Murrieta engendró a Javier Mina;
Javier Mina engendró a Emiliano Zapata;
Emiliano Zapata engendró a Guerrero;
Guerrero engendró a Ortiz;
Ortiz engendró a Sandino
Augusto César Sandino
hermano de Juan Gregorio Colindres
y de Miguel Ángel Octez
y de Juan Umanzor
y de Francisco Estrada
y de Sócrates Sandino
y de Ramón Raudales
y de Rufo Marín
y cuando hablaba decía:
«Nuestra causa triunfará
porque es la causa de la justicia
porque es la causa del amor»
y otras veces decía:
«Yo me haré morir
con los pocos que me acompañan
porque es preferible
hacernos morir como rebeldes
y no vivir como esclavos».
Sandino engendró a Bayo;
el esposo de Adelita
del cual nació el «CHE»
que se llama Ernesto.
leonel rugama
gozó de la tierra prometida
en el mes más crudo de la siembra
sin más alternativa que la lucha.
