Biografías

Gaspar García Laviana: el puente entre la fe y la organización popular

Escrito por : Luis Guerrero 8 de noviembre de 2025

“Gaspar fue la excepción, lo conocimos a Gaspar, él venía de una región minera en España, Asturias, de ahí vino como sacerdote pero a Gaspar no le hacía falta la sotana para actuar como cristiano y anduvo predicando y recorriendo las comunidades en el departamento de Rivas, visitando a los campesinos y ahí se fue encontrando con unos jóvenes, los muchachos sandinistas y se identificó con ellos, frente a otros con Camilo, Camilo mi hermano que en ese momento estaba clandestino allá en el departamento de Granada y se movía en la zona de Rivas entonces ahí Gaspar protegiéndolo y oficiando siempre y predicando el evangelio como sacerdote de verdad”

Comandante Daniel Ortega Copresidente de Nicaragua. 19 de diciembre 2022

De Asturias a Nicaragua: la pastoral encarnada

Gaspar García Laviana nació en Asturias, España el 08 de noviembre de 1941. Desde muy joven mostró una profunda vocación religiosa, acompañada de una sensibilidad especial hacia los más humildes. Su origen en una región minera le brindó un entendimiento natural del trabajo duro y las dificultades del día a día, una perspectiva que marcaría toda su vida. Este choque de realidad lo motivó a trasladarse a Nicaragua, donde pronto se convirtió en un referente de cercanía y apoyo a las comunidades rurales del departamento de Rivas.

Desde su llegada, Gaspar no se limitó a predicar: recorrió municipios, visitó hogares y se involucró en la vida de los campesinos. Escuchaba sus necesidades, acompañaba sus luchas y orientaba a los jóvenes que buscaban un cambio profundo.

A medida que se acercaba a los jóvenes militantes del Frente Sandinista de Liberación Nacional, Gaspar se convirtió en un puente entre la guía espiritual y la organización popular. Su cercanía con las comunidades generó confianza y respeto, y su ejemplo de coherencia y entrega sirvió de inspiración para campesinos, estudiantes y jóvenes militantes. Su presencia constante fortaleció la conciencia colectiva y demostró que la espiritualidad podía acompañar la acción concreta del pueblo.

Su estilo único consistía en predicar mientras actuaba, acompañando la vida de quienes lo rodeaban y fortaleciendo la organización de base. Cada visita a Rivas era una oportunidad para enseñar que la fe puede ser fuerza de unión y transformación, sembrando las bases de una comunidad fuerte y consciente de su poder colectivo.

Sacerdote y revolucionario: coherencia entre fe y lucha

El contacto con los jóvenes y su cercanía con las comunidades rurales llevaron a Gaspar a dar un paso trascendental: en diciembre de 1977 anunció públicamente su ingreso al FSLN, adoptando el seudónimo “Comandante Martín”. Esta decisión evidenció la coherencia de su vida: la fe predicada en la parroquia se convertía en compromiso activo por la liberación y la defensa del pueblo.

A partir de entonces, Gaspar desempeñó un rol doble. Como sacerdote, continuó acompañando espiritualmente a las comunidades; como revolucionario, organizaba y protegía a los militantes del Frente. Su cercanía con Camilo, quien en ese momento se encontraba en clandestinidad en Granada, mostró su capacidad de actuar con prudencia y valor en situaciones de alto riesgo, siempre priorizando la seguridad y el bienestar de quienes luchaban junto a él.

Gaspar consolidó un modelo de coherencia entre palabra y acción. Predicar la fe mientras se organizaba a las comunidades, proteger a los jóvenes y acompañar espiritualmente a los pobladores fueron parte de su rutina diaria. Su influencia entre la juventud fue notable: muchos lo veían como un ejemplo de entrega total, de liderazgo firme y de integridad.

Además de su trabajo político, Gaspar ejerció un liderazgo moral y educativo dentro de las comunidades, enseñando que la fe se manifiesta en actos concretos de solidaridad y protección. Su coherencia personal inspiró confianza y respeto, consolidando su posición como un verdadero puente entre la espiritualidad y la organización popular.

Legado inmortal

El 11 de diciembre de 1978, en el Frente Sur, Gaspar García Laviana entregó su vida en combate, meses antes del triunfo de la Revolución Popular Sandinista. Su sacrificio se convirtió en un símbolo de entrega y coherencia, un ejemplo imborrable de compromiso con el pueblo.

Su legado trasciende la acción armada. Gaspar permanece vivo en la memoria de quienes lo conocieron y de las comunidades que trabajó por fortalecer. Su vida demuestra que la fe puede convertirse en acción concreta y que la entrega personal puede inspirar a quienes nos rodean, siempre en pro de los beneficios del pueblo.

Hoy, Nicaragua recuerda su trabajo, su cercanía y su compromiso, y su historia sigue inspirando a jóvenes, militantes y a todos los que buscan servir al pueblo con coherencia y dedicación. Gaspar es un referente que muestra que la espiritualidad y la acción organizada pueden coexistir, y que la integridad de un hombre puede dejar una huella profunda en generaciones futuras.

Conmemoramos el 84 Natalicio del Comandante Gaspar García Laviana y honramos su legado como sacerdote, revolucionario y defensor del pueblo.