Escrito por: Argenis Sarmiento
“Camilo, simple y llanamente Camilo… El Mito, el Héroe, el Hermano, el Compañero, El Amigo, el Guerrillero, el Comandante, la Leyenda… Camilo, el muchacho que sigue Siendo muchacho. Porque los Héroes, no Se congelan en el Tiempo, viven siempre, Como los conocimos, como los vimos, Como los quisimos, como los queremos, Como los vemos, como los tuvimos, Porque los tenemos. Camilo, el muchacho de la sonrisa eterna… […] Camilo, con Sus eternas camisas a cuadros, paciente, pendiente, siempre como descubriendo Porvenires y Luces”.
Compañera Rosario Murillo, 10 de abril, 2012.
Camilo Antonio Ortega Saavedra conocido como el “Apóstol de la Unidad Sandinista” nació en Managua el 13 de diciembre de 1950. Hijo de Daniel Ortega Cerda y Lidia Albertina Saavedra, fue el menor de seis hermanos, entre ellos el Comandante Daniel Ortega, figura de gran relevancia en la actualidad.
Creció en una familia profundamente revolucionaria, antisomocista y comprometida con el pueblo. Este ambiente influyó en la formación del pensamiento de Camilo, que años más tarde se integró al Frente Sandinista de Liberación Nacional.
Estudió la primaria en el Instituto Pedagógico – La Salle de Managua y el bachillerato en el Salesiano de Masaya, demostrando desde muy joven su afición por la literatura con la que se adentra en las ideas de la Revolución y el pensamiento del General Sandino.
Estudiante y Guerrillero
Siendo estudiante, el 23 de julio de 1960 participó activamente en la conmemoración del primer aniversario de la masacre de los estudiantes de León, a manos de la Guardia Nacional en 1959.
Entre 1964 y 1966, participó en manifestaciones como la del 1ro de mayo, defendiendo los derechos de los trabajadores, demostrando con esto una verdadera conciencia de clase que alimenta aún más su espíritu revolucionario.
En 1966 se unió al Frente Estudiantil Revolucionario (FER) en el que promovía movilizaciones para denunciar a la dictadura somocista. Un año después , el 1967, presenció en directo la “Masacre de la Avenida Roosevelt”, un evento trágico, que motiva a Camilo a emprender acciones más contundentes contra la dictadura.
Junto a otros jóvenes como Jorge Guerrero y Selim Shible, asumió el reto de formar Comandos Armados Sandinistas que tenían como finalidad acciones de guerrilla urbana. Con tan sólo 18 años Camilo ya se posicionaba como una figura clave en el FSLN atrayendo a otros jóvenes a la lucha revolucionaria.
En 1969 ingresó a la Universidad Nacional Autónoma de León, un año relevante porque se conmemoraba el décimo aniversario de la masacre de los estudiantes en León. En este contexto se relaciona con otros jóvenes revolucionarios como Leonel Rugama, Omar Cabezas y los hermanos Juan José y Edgar Munguía.
Leonel Rugama impulsó la publicación del periódico “El Universitario” y Camilo se involucró colaborando de forma activa no solo con acciones de protesta, sino también con círculos de estudio dirigidos a los grupos de estudiantes que reclutaban. Un que le permitió crecer en la formación de su pensamiento.
Organización de la lucha en Masaya
En Masaya Camilo tenía la tarea de estudiar la situación operativa del terreno. Para lograrlo, recorrió toda la ciudad adentrándose en los rincones más lejanos, reconociendo zonas clave como casas de seguridad, puntos débiles y zonas estratégicas para la lucha revolucionaria.
También logró ampliar la red de colaboradores formando política y militarmente a los compañeros que lo rodeaban. Su caracterización de los cuadros le permitió ubicarlos de forma estratégica aprovechando al máximo sus capacidades.
Su trabajo no se limitó a Masaya, sino que también se destacó organizando a los combatientes en Granada, Carazo y Rivas donde recibió el apoyo del cura guerrillero Gaspar García Laviana. Con esto Camilo demostró sus habilidades operativas en la lucha contra la dictadura, ganándose el respeto de sus compañeros sandinistas.
Su paso a la inmortalidad
El 19 de febrero de 1978, el pueblo indígena de Monimbó se levantó contra el régimen somocista, lanzando bombas de contacto en contra de la guardia nacional. El conflicto se extendió y el 21 de febrero se levantaron barricadas en otros barrios de Masaya. El somocismo al verse sobrepasado, decidió lanzar ataques aéreos con helicópteros artillados, disparando contra la población de forma indiscriminada.
Camilo se encontraba en Managua durante esta insurrección, pero decidió trasladarse a Masaya para asistir a una reunión en una casa de seguridad en el sector de Los Sabogales. En este mismo lugar, se realizaba una protesta que fue reprimida y perseguida hasta el punto de reunión, lo que provocó un enfrentamiento en el que cayeron el Comandante Camilo Ortega, Arnoldo Quant Ponce y Moisés Rivera Maltés el 26 de febrero de 1978.
La vida del Comandante Camilo Ortega es un ejemplo de lucha y organización. Su trabajo incansable por la unidad del Frente Sandinista es un recordatorio a mantenernos firmes y combativos en todo momento, incluso en los momentos más adversos. Hagamos nuestras sus últimas palabras.
“¡Viva el Frente Sandinista!”
