Por orientaciones de la Co-Presidencia de la República, la Asamblea Nacional aprobó de manera unánime el Decreto Legislativo del Acuerdo para la Creación del Centro Internacional del Manglar, una organización independiente, sin fines de lucro y con personalidad jurídica internacional.
Con esta decisión, Nicaragua se integra a una plataforma de cooperación internacional que permitirá a los Estados compartir buenas prácticas, fortalecer la investigación científica y coordinar acciones conjuntas para la conservación, restauración y uso sostenible de los ecosistemas de manglar.
Durante la sesión plenaria, la diputada Raquel Dixon procedió a dar lectura a la exposición de motivos de la iniciativa, presentada por la Presidencia de la República y suscrita por los copresidentes Daniel Ortega Saavedra y Rosario Murillo Zambrana. La propuesta fue incorporada al orden del día y aprobada en el mismo acto legislativo, dispensándose el trámite de las 48 horas de anticipación, conforme a decisión de la Junta Directiva y con el respaldo de las jefaturas de bancada.
En la exposición de motivos se destacó que los manglares constituyen ecosistemas estratégicos de la zona costera, reconocidos por diversos instrumentos multilaterales ambientales por su alta productividad biológica, su capacidad de protección frente a fenómenos hidrometeorológicos extremos, su contribución a la seguridad alimentaria y su papel fundamental en la captura y almacenamiento de carbono. Asimismo, se subrayó su importancia sociocultural y económica para las comunidades costeras, pueblos indígenas y comunidades afrodescendientes.
No obstante su relevancia, se advirtió que los manglares enfrentan crecientes presiones derivadas de actividades humanas no sostenibles, como la deforestación, la contaminación, la expansión agrícola y urbana, así como los impactos del cambio climático, incluyendo el aumento del nivel del mar y la erosión costera. Informes internacionales alertan que, de no adoptarse medidas urgentes y coordinadas, hasta el 50 % de estos ecosistemas podría desaparecer hacia el año 2050.
En ese contexto, se recordó que la creación del Centro Internacional del Manglar fue acordada durante la XIV Conferencia de las Partes Contratantes de la Convención Ramsar sobre los Humedales, como un mecanismo intergubernamental de cooperación científica y técnica. El acuerdo fue adoptado en Shenzhen, República Popular China, el 6 de noviembre de 2024, fecha en la que Nicaragua lo suscribió.
El acuerdo aprobado tiene como objetivo establecer el Centro Internacional del Manglar como una plataforma de cooperación internacional orientada a fortalecer las capacidades nacionales para la gestión y restauración de los manglares, promover la investigación científica, impulsar programas de educación para el desarrollo sostenible, implementar proyectos participativos de restauración, integrar acciones de mitigación y adaptación al cambio climático —incluyendo estrategias de carbono azul— y fomentar medios de vida sostenibles para las comunidades locales.
En cuanto a su gobernanza, el Centro contará con un Consejo integrado por los Estados miembros como máximo órgano de decisión, un subgrupo científico y técnico de carácter asesor y una Secretaría responsable de ejecutar las decisiones adoptadas. La sede de la Secretaría estará ubicada en la ciudad de Shenzhen, República Popular China, sin perjuicio de establecer oficinas adicionales en otros países miembros. El financiamiento provendrá de contribuciones de los Estados y de la cooperación internacional, y las controversias se resolverán mediante consultas amistosas.
Durante el debate, el diputado Walmaro Gutiérrez destacó la importancia estratégica de este instrumento internacional, señalando que la protección de los manglares no es un tema exclusivo de las comunidades costeras, sino un asunto de interés nacional. Subrayó que los manglares capturan entre cuatro y diez veces más carbono por hectárea que los bosques terrestres, contribuyendo de manera decisiva a la reducción del efecto invernadero y a la mitigación del cambio climático.
Asimismo, resaltó la dimensión económica y social de estos ecosistemas, al ser fuente de sustento para numerosas familias dedicadas a la pesca artesanal y otras actividades productivas, lo que los convierte en un pilar de la seguridad alimentaria y el desarrollo local. En ese sentido, afirmó que la inversión en la protección de los manglares genera beneficios ambientales, sociales y económicos superiores a los recursos destinados a su conservación.
Nicaragua cuenta con aproximadamente 102 mil hectáreas de manglares distribuidas en las costas del Pacífico y el Caribe, ecosistemas vitales para la protección ambiental y altamente vulnerables a los efectos del cambio climático. Con la aprobación de este acuerdo, el país fortalece sus políticas públicas ambientales y consolida su participación activa en iniciativas internacionales para la preservación del patrimonio natural, en consonancia con la Constitución Política y las leyes nacionales en materia ambiental, forestal y de desarrollo de la zona costera.
Finalmente, los diputados de la Asamblea Nacional aprobaron por unanimidad el decreto presentado, reafirmando el compromiso del Estado nicaragüense con la protección de los manglares, la cooperación internacional y el desarrollo sostenible del país.
