Por Carlos Berríos Munguía
“Somos fuerza de pueblo, de mujeres ilustradas, formadas, sencillas, genuinas y poderosas, que en todas partes mostramos con Orgullo el rostro vivaz, sensible y alegre de nuestra humana y evolucionaria condición”.
Cra Rosario Murillo Zambrana
Co-Presidenta de Nicaragua
Este 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, y en Nicaragua, en palabras de la Cra. Co Presidenta Rosario Murillo: “celebramos la valentía, dignidad y orgullo de las mujeres protagonistas de nuestra Nicaragua bendita, soberana, siempre libre y llena de amor”, frase contundente que deja al descubierto que, en nuestra tierra de lagos y volcanes, las mujeres tienen pleno protagonismo en la toma de decisiones públicas, un logro trascendental de la Revolución Popular Sandinista.
En el proceso insurreccional y en el glorioso triunfo de la Revolución misma, las mujeres nicaragüenses participaron activamente como combatientes en la lucha armada, desempeñando papeles cruciales como milicianas, como líderes estratégicas y operativas en distintos acontecimientos históricos, también en otros frentes, incluyendo la organización política, la gestión social y el desarrollo comunitario para la obtención de inteligencia, logística y el mantenimiento de la moral en de las filas revolucionarias.
Las mujeres ayudaron a derribar barreras de género, estableciendo un precedente para la futura participación femenina en las estructuras militares y políticas del país. También, las mujeres jugaron un papel vital en la organización comunitaria. Lideraron iniciativas para coordinar el apoyo local a la revolución, organizando suministros y refugios, así como proveyendo atención médica básica y educación en las zonas controladas antes del triunfo. Las mujeres así demostraron habilidad en movilizar recursos y personas, actuando como pilares fundamentales en el establecimiento de una infraestructura sociopolítica que sostenía la revolución, es decir, la mujer en su rol multifacético es tejedora de triunfos emancipadores de los que disfrutamos en la actualidad.
Por otro lado, la participación beligerante de las mujeres en la Gran Cruzada Nacional de Alfabetización, aumentó la conciencia social y política entre los campesinos y sectores populares, facilitó el acceso a la educación básica y a la difusión del pensamiento vivo de dignidad y de libertad inspirado por la lucha del General Sandino y la de nuestros Héroes y Mártires. En consecuencia, también, la educación se convirtió en un dínamo para el cambio, para la transformación de las conciencias, para una sociedad más informada, marcando la ruta luminosa del empoderamiento de la mujer.
La Constitución política de 1987 reivindicó los derechos de las mujeres y fomentó una creciente representación femenina en cargos de liderazgo. Por ejemplo, la Comandante Doris Tijerino Haslam asumió el liderazgo de la Policía Sandinista y se convirtió en la primera mujer en la historia del país en tener esa responsabilidad. Asimismo, la Revolución trasformó la distribución del poder económico y político en Nicaragua, también estableció un nuevo paradigma equitativo para el rol de la mujer en la sociedad.
En términos legislativos y políticos, la perseverancia y la dedicación de las mujeres fueron esenciales en las conquistas por la igualdad de género, sentando las bases para futuras reformas en favor de los derechos de las mujeres en la Nicaragua postrevolucionaria. En 1980, durante la primera etapa de la Revolución, se implementó la Ley de Protección a la Mujer, que abordaba temas como la violencia doméstica, el derecho al trabajo y la igualdad salarial, lo que iluminó los futuros avances en la legislación relacionada con los derechos de las mujeres.
A partir del triunfo del Pueblo Presidente en la Segunda Etapa de la Revolución, en 2007, la aprobación de leyes como la Ley 779 “Ley Integral contra la Violencia hacia las mujeres”, la Ley 648 “Ley de Igualdad de Derechos y Oportunidades”, Ley 896 “Contra la Trata de Personas”, Ley 870 “Código de Familia” y, las demás leyes que reforman y sustentan el Código Penal en materia de protección a la mujer, como grupo en condición de vulnerabilidad, son logros del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional (GRUN), así como las distintas políticas públicas materializadas en campañas permanentes, cartillas, comisarías, casa maternas, y demás.
La relevancia de la temática de la mujer para el FSLN marca un antes y un después en la historia de nuestra Nación. La más reciente conquista se ve reflejada en las últimas reformas constitucionales en las que en su Preámbulo se evoca la dignidad de Blanca Stella Aráuz Pineda, las Mujeres del Cuá y las estudiantes protagonistas de jornadas gloriosas de la juventud. Se suscribe el reconocimiento público de la mujer en nuestro país, consagrándose en el artículo 5 párrafo primero, que dice:
“Las mujeres en Nicaragua somos protagonistas de nuestras vidas y ejercemos derechos en equidad, por capacidad y presencia efectiva, en todos los espacios, eventos y momentos de nuestra historia. Las mujeres en Nicaragua hemos sido y somos forjadoras y partícipes directos y activos a lo largo de nuestra historia de luchas libertarias, revolucionarias y evolucionarias de patria y libertad”.
Lo anterior reafirma que el rol de la mujer en la Revolución Popular Sandinista fue y es, multifacético y fundamental para el cultivo de la paz y la unidad de los nicaragüenses. Las mujeres son arquitectas y protagonistas del cambio social, político, económico y cultural; rompieron barreras de género y han establecido un legado duradero que da continuidad a la igualdad y los derechos de las mujeres, haciendo posible el sueño de nuestras heroínas, de nuestros Héroes y Mártires.
¡Vivan las Mujeres Nicaragüenses!
Referencias:
Constitución Política de Nicaragua (2025) Gaceta Diario Oficial: Managua.
