Biografías

Alí, ¡La Patria es América!

Escrito por : Freddy Arana 8 de mayo de 2025

Hace ya cuatro décadas, un 8 de mayo de 1985, nuestra patria rojinegra vio caer en cumplimiento de su deber a un hermano, un héroe insigne de nuestra Revolución: el Capitán e internacionalista venezolano, Alí Gómez García. En 1978, su gran determinación lo impulsó a unirse a la lucha del FSLN. Su entrega, su valentía y su compromiso inquebrantable con nuestra causa resuenan hoy con la misma fuerza que él demostró defendiendo a nuestra Azul y Blanco.

Nacido en 1951 en Caracas, en el barrio La Vega, donde fue forjando su determinación y su corazón humilde. Con apenas 17 años, este futuro defensor de nuestra patria rojinegra demostró una determinación inquebrantable al dejar de lado sus estudios de medicina en la Universidad Central de Venezuela. Con la firmeza de sus convicciones, se unió al lado del padre Francisco Wuitack, marcando el inicio de una vida de lucha y entrega por la justicia social que lo llevó a convertirse en un héroe de nuestra historia.

Tras la victoria de nuestra Revolución, Alí no vaciló en asumir las nuevas responsabilidades de esta etapa crucial. Firmeza con la que empuñó las armas por nuestra dignidad y soberanía. Su último cargo fue Oficial de Preparación Combativa de las Tropas Especiales del Ministerio del Interior “Pablo Úbeda”.

Guerrillero de corazón, poeta de alma, escritor de convicción, Alí no conoció fronteras para su lucha siguiendo el ejemplo de nuestros revolucionarios, Bolívar, Sandino y Martí. Su legado poético y antiimperialista vive hoy en la memoria histórica de Nuestra América, en especial, en el corazón de millones de nicaragüenses, siendo uno de los muertos que nunca mueren.

Su profunda solidaridad unió indisolublemente al pueblo venezolano y nicaragüense. Hermandad reflejada en la cooperación de nuestros pueblos, impulsada por nuestros Co-presidentes y el Presidente de Venezuela, Cro. Nicolás Maduro. Su vida ejemplifica la fuerza de la alegría como arma de lucha, tal como él mismo expresó con la sabiduría popular nicaragüense: «Como dicen los nicas: ‘A esta alegría el enemigo le teme’…”

Legó a nuestros pueblos dos obras fundamentales: “Francisco de Miranda, Peregrino de la Libertad” y la contundente “Falsas, Maliciosas y Tendenciosas Reflexiones de un Ñángara”, que ese mismo año fue condecorada con el Premio Testimonio “Casa de las Américas”, compartido con el Comandante Juan Almeida.

Alí, hermano de nuestra patria rojinegra, anheló con fervor ver triunfar en su Venezuela natal una revolución hermana a la nuestra. Su mayor dicha fue ser testigo vivo del triunfo de nuestra gesta sandinista.

Hoy, el legado imborrable de Alí resuena con fuerza en la juventud de todos los tiempos que hoy se planta firme en la defensa de nuestra paz, en esta segunda etapa de nuestra Revolución. Sobre su tumba se lee, «La patria es América». Sus restos descansan junto a otros héroes nicaragüenses que, como él, consagraron su vida por la gloriosa Revolución Popular Sandinista: Nora Astorga, Enrique Schmidt, Evelin Mejía y el internacionalista panameño Evaristo Vásquez.

El patriotismo ejemplar de Alí vibra con la misma intensidad en Nicaragua y en su amada Venezuela, inspirándonos a mantener viva la llama de la lucha y a defender con determinación nuestra soberanía, un legado que hoy nos exige la misma firmeza en la defensa de nuestra identidad y libertad.