Por: Manuel Lucero
“Allí (Vado del Yeso) se extinguió la vida de Tania; la mujer guiada por sus ideales revolucionarios y la admiración que tenía por el Che, trabajó pacientemente dos años en Bolivia preparando el terreno para nuestro trabajo final y luego empuñó el fusil para luchar por la libertad de nuestro pueblo, Tania: con la leyenda de mitos y realidades que mundialmente se han tejido en torno a ella, entró en la historia continental como una heroína”.
Comandante Inti Peredo, combatiente en Ñancuazú y continuador de la gesta del Che Guevara en Bolivia
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Tania, mujer heroica, es parte del selecto grupo de mujeres que lucharon por la libertad del continente latinoamericano. Entre ellas: Guarina y Anacaona, indígenas caribeñas; Micaela Bastidas, esposa de Tupac Amaru, en Perú; Mariana Grajales, madre de Antonio Maceo. Juana Azurduy de Padilla y Bartolina Sisa, en Bolivia. Manuela Sáenz, siempre al lado del libertador Simón Bolívar. En la revolución cubana Celia Sánchez, Melba Hernández y Haydee Santamaría. En Nicaragua Blanca Aráuz, esposa del General Augusto C. Sandino; Nora Astorga, Gladys Báez, Doris Tijerino y muchas otras mujeres que dedicaron su vida a la liberación de la patria.
Una familia de convicción antifascista
El profesor Erik Bunke y su esposa Nadia Bider, de ascendencia rusa-hebrea, se vieron obligados a abandonar Alemania debido al control y persecución de la Gestapo, la policía secreta de Hitler. Buscaron refugio en Argentina, donde se dedicaron al activismo anti fascista y a la docencia. Procrearon dos hijos, Olaf y Tamara, a quienes formaron de manera integral y con el compromiso de lucha antifascista. Haydeé Tamara Bunke Bider, nació en Buenos Aires, Argentina, el 19 de noviembre de 1937.
Al ser derrotado el ejército nazi por el Ejército Rojo y los aliados, la familia Bunke Bider retorna a Republica Democrática de Alemania (RDA), donde se incorporan a la reconstrucción y sus labores académicas.
Su encuentro con la revolución cubana
La Revolución Cubana triunfa el primero de enero de 1959, y esto anima a Tamara Bunke a visitar la Isla para ser parte del proceso revolucionario. Militante del Partido Comunista, traductora, miliciana, participa en los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), estudiante de periodismo en la Universidad de La Habana. Pero su anhelo era ser combatiente, luchar de manera directa por la liberación de los pueblos latinoamericanos. Finalmente, por sus altas capacidades fue seleccionada para ser parte de la guerrilla en Bolivia, bajo las ordenes del comandante Ernesto Che Guevara.
Se sometió a arduos entrenamientos de inteligencia y contrainteligencia, chequeo y contra chequeo, y fortalecimiento físico. Tenía que sembrarse en La Paz, para preparar el camino del foco guerrillero que se establecería en la cuenca del río Ñancahuazú, en la selva boliviana. Se matriculó en la universidad, y viajaba por los pueblos indígenas recopilando historias y cantos, con su cámara, libreta y grabadora. El nombre de esta mujer elegante era Laura Gutiérrez Bauer, apreciada por toda la sociedad boliviana y conocida con el cariñoso nombre de Laurita. También llegaron a Bolivia, el comandante José María Tamayo, teniente Carlos Coello, capitán Alberto Fernández Montes des Oca, y el legendario Harry Villegas (Pombo), y también el periodista y filósofo francés Regis Debray.
Tamara Bunke, Tania para la organización clandestina, llegó a Bolivia el 20 de noviembre de 1964, veinte meses antes de que iniciaran las preparaciones de la actividad guerrillera, cumpliendo a cabalidad las misiones encomendadas.
En plena campaña guerrillera la columna del Che se separa en dos grupos el 17 de abril de 1967. Con el Che quedan 28 combatientes y 17 en el grupo comandado por el comandante Juan Vitelio Acuña (Joaquín), en el que marchaba Tania. Estos grupos, aunque se buscaban no lograron reencontrarse en medio de la feroz persecución de los soldados bolivianos y los agentes de la CIA. Un triste 31 de agosto de 1967, pocos meses antes de la caída del guerrillero heroico, la columna de Joaquín es delatada por un informante local y el ejército boliviano perpetra una masacre en el vado de Puerto Mauricio, en el Río Grande.
El retorno a Valle Grand
El cadáver de Tania la Guerrillera, apareció varios días después y fue llevado a Valle Grande. Todos los caídos fueron sepultados en fosas comunes a excepción de Tania que fue sepultada en un féretro, gracias a la presión de las profesoras y mujeres del lugar que exigieron un funeral respetuoso a los jefes militares. Los vecinos se reunieron para hacer una colecta para darle cristiana sepultura a Tania.
Los antropólogos forenses cubanos y de otras nacionalidades no cesaron su trabajo de investigación hasta localizar el lugar con los restos de Tania la Guerrillera, los que debidamente identificados fueron trasladados a Cuba en 1998, donde descansan en el Memorial del Che en Santa Clara.
En su cuaderno de notas, Tania, había escrito el conocido poema atribuido a Nezahualcóyotl: «¿Nada será mi nombre alguna vez? / ¿Nada dejará en pos de mí en la tierra? / Al menos flores, al menos cantos…» La vida física es breve, pero la memoria de los que luchas permanece y florece en las luchas de los pueblos. Tania la Guerrillera, es modelo de heroísmo e integridad revolucionaria para las juventudes de todos los tiempos.
Bibliografía consultada:
Ángelo Soto Cobián (2006). La muchacha de la guerrilla del Che. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana.
