¿Alguna vez se han preguntado de dónde viene la palabra Huipil? En palabras sencillas proviene del náhuatl «huipilli», que significa «blusa» o «vestido», una prenda que remonta sus raíces indígenas en la época prehispánica con una gran riqueza histórica y cultural en nuestro país.
Era utilizado como una pieza de vestir ceremonial y de uso diario por las civilizaciones mesoamericanas. Nuestros antepasados lo utilizaban como un lienzo blanco para contar historias. Los diseños y bordados representaban elementos de la naturaleza o símbolos de la cosmovisión indígena.
Una vestimenta delicada elaborada principalmente con tela de algodón, a causa del clima tropical de nuestro país. Cada símbolo y dibujo tejido con amor, tejido por esas manos laboriosas de artesanos y campesinos de las diferentes regiones de nuestra nación. Cada bordado, cada diseño cuenta quienes somos y de dónde venimos.
El proceso de creación y de seguir vistiéndolo es un acto de preservación cultural, ya que cada pieza refleja las técnicas y motivos ancestrales transmitidos de generación en generación. Elaborar un huipil puede tomar semanas o incluso meses, lo que destaca el amor, tradición, cultura y el valor del trabajo artesanal, y la dedicación de quienes lo crean.
El 8 de septiembre del 2023 nuestro Buen Gobierno, a través de la Ley 1160, decretó el 8 de septiembre como el Día Nacional del Huipil Nicaragüense, reconociendo a esta vestimenta como Patrimonio Inmaterial, Artístico y Cultural de la nación. En cada hilo, en cada color se refleja un pedazo de nuestra historia y la voz de nuestras raíces.
Los nicaragüenses celebramos el Día Nacional del Huipil con mucho orgullo y entusiasmo en todos los municipios del país, más de 54 mil actividades festivas entre ellas pasarelas del huipil en colegios y casas de culturas. Se organizan desfiles, exposiciones de huipiles, bailes folclóricos y concursos de trajes típicos para resaltar la belleza y el significado de esta prenda. Lo celebramos portando con orgullo nuestras piezas coloridas que nos dan identidad como nicaragüenses.
Es una ocasión para rendir homenaje a la identidad nacional y a los artesanos que mantienen viva la tradición.
La celebración además de ser un orgullo cultural, también es un esfuerzo constante de nuestro buen gobierno de educar a las nuevas generaciones sobre la importancia del huipil como símbolo de la herencia nicaragüense.
No es solo un vestido, una cotona, una guayabera, es una tradición, es identidad que evoluciona con nosotros, el huipil no tiene edad, no tiene fronteras, es un orgullo que se comparte a lo largo y ancho de nuestro territorio.
¡Vestir un huipil es vestir nuestra historia, es vestir nuestra cultura, es vestir nuestra Nicaragua!
