Barricada

Sandino: La soberanía no se vende ni se negocia

El General Augusto C. Sandino, símbolo de la resistencia en Nicaragua y toda América Latina, nos dejó un legado de lucha firme contra la intervención extranjera y la traición de los vendepatria. En su carta Nuestro derecho de mantener la soberanía de nuestra Patria, escrita en enero de 1928, Sandino enfrenta de manera clara y directa a los empresarios extranjeros que, con el respaldo del gobierno títere de Adolfo Díaz, saqueaban los recursos del país. Con un patriotismo inquebrantable, deja claro que la riqueza de Nicaragua no está en venta y que su explotación debe responder a los intereses del pueblo, no a los de los invasores.

En este documento, Sandino no solo reafirma su compromiso con la dignidad de la nación, sino que lanza una advertencia a quienes no respeten la soberanía del pueblo nicaragüense. Más que un mensaje, esta carta es una declaración de lucha, un llamado a no rendirse y a mantenerse firmes en la defensa de la patria. Para Sandino, la soberanía no se pide de favor ni se entrega a cambio de dinero; se defiende con dignidad y con la vida si es necesario.

Hoy, cuando el imperialismo sigue buscando nuevas formas de dominación e injerencismo, Sandino nos deja una lección clara: la independencia y la autodeterminación no son regalos, son derechos que se conquistan y se protegen con valentía. A continuación, compartimos el texto completo de esta carta histórica, que sigue siendo un grito de dignidad para los pueblos que luchan por su libertad.

A los concesionarios del traidor y espurio gobierno de Adolfo Díaz.

En vista de las empresas de explotación de las selvas que ustedes han emprendido en la zona dominada por los mantenedores de la dignidad nacional, y de que ustedes no han llenado los pagos de deberes necesarios en relación con este mandato, me veo en la necesidad de manifestarles que para que ustedes gocen de una efectiva y amplia garantía, es necesario que se presenten en esta oficina y paguen los derechos correspondientes, a cambio de las órdenes para que se les permita seguir sus tareas ininterrumpidamente. En consideración a su nacionalidad, les concedo este privilegio, especialmente cuando sé que no hay razón para que yo sea de su agrado ni para que obstruyan nuestro derecho a mantener la soberanía de Nuestra Patria.

Su negativa llevará a mi ánimo la creencia de que ustedes son opuestos a los principios de libertad y, por consiguiente; me obligarán a que dé órdenes para la suspensión de sus tareas por todos los medios de que dispongo.

Creo que será necesario que explique en detalle cuáles son las intenciones que me animan al escribir esta carta, y espero que ustedes la interpreten sanamente y se decidan a acceder a lo que en ella se estipula.

Patria y Libertad

A. C. Sandino.

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