Barricada

 Sandino, raíz y esencia del FSLN

Primeros pasos de Sandino: creciendo y forjando su conciencia

Su infancia transcurrió junto a su madre cortando café, trigo, maíz, algodón y sufriendo las penurias del injusto sistema social, donde le correspondió nacer, el 18 de mayo de 1895, hijo de doña Margarita Calderón, campesina, y don Gregorio Sandino, dueño de haciendas en los alrededores de La Victoria, actualmente Niquinohomo.

Zeledón inspiración de un joven  

Sandino a los 17 años ayudaba a cuidar de las haciendas de su padre, es ahí cuando el General Benjamín Zeledón, emprendió la lucha armada para expulsar a la marina yanqui, la cual había ingresado al país en agosto de 1912, a petición del vendepatria Adolfo Díaz. Dos meses después de la intervención imperialista, Zeledón cayó en combate. Su cuerpo fue arrastrado y expuesto por las calles de Catarina, para advertir lo que le sucedería a cualquier otro que quisiera seguir su ejemplo.

El mismo Sandino lo cuenta así:El 4 de octubre, en la madrugada, yendo yo en camino a una de las haciendas de mi padre, escuché descargas de fusilería y ráfagas de ametralladoras en las hondonadas del Cerro Pacaya; consecutivamente se oía arreciar un formidable combate, que se había entablado entre dos mil soldados de infantería de la Marina norteamericana, unidos a quince mil vendepatria nicaragüenses contra quinientos hombres del General Zeledón, que se defendían heroicamente contra aquella oprobiosa avalancha humana. Nuestros sentimientos patrióticos y nuestro corazón de hombre joven se encontraban en desesperante inquietud, pero nada pude hacer en bien de aquella noble y grandiosa causa sostenida por el General Benjamín Zeledón y a las cinco de la tarde de ese mismo día, aquel Apóstol de la Libertad había muerto, y en una carreta tirada por bueyes fue conducido su cadáver al pueblo de Catarina, vecino del mío, en donde hasta por hoy, bajo una lápida lamosa y semidestruida por la intemperie del tiempo se encuentran los restos de nuestro Máximo Héroe y Gran Patriota, General Benjamín Zeledón”.

En Sandino esto causó tanta indignación y lo marcó de por vida, tanto que 14 años después, en 1926, se integró a la lucha armada de Sacasa, a quien habían destituido del poder a través de un golpe de estado.

El pacto del Espino Negro, una traición a la patria

Sandino organizó una columna guerrillera con campesinos del norte y obreros de la mina de San Albino y se enlistó en el ejército constitucionalista con la bandera rojinegra de Patria Libre o Morir. Sin embargo, a medida que el ejército constitucionalista iba liberando territorios, el 4 de mayo de 1927, los líderes de las partes en conflictos (liberales y conservadores) entregaron las armas, pactando con un enviado de los Gringos, un tal Henry Stimson. Lo que acordaron es conocido como el Pacto del Espino Negro, porque fue firmado bajo un árbol de espino negro en Tipitapa. Ese pacto consistía en la continuidad de Adolfo Díaz en el poder y elecciones vigiladas por la marina yanqui en 1928, de la que saldría electo presidente, el traidor Moncada y de la cual nacería la Guardia Nacional, con el primer Somoza al mando.

Sandino, como líder de aquella columna guerrillera, no aceptó los términos de esa traición y no dio su brazo a torcer, afirmando que liberales y conservadores eran una misma cosa: unos vendepatria.

Sandino cambió la lógica de la guerra civil, transformándola en una guerra de liberación nacional, es decir, su objetivo principal ante esa traición de liberales y conservadores era expulsar a la marina yanqui, de ahí que Sandino es antiimperialista y nacionalista.

Sandino, la sabiduría que habita en el pueblo

Sandino no estudió ni un solo día las ciencias militares y fue un General triunfante. Sandino no fue a ninguna universidad prestigiosa a estudiar derecho o diplomacia y fue un nicaragüense que, inspirado en la sabiduría que habita en el pueblo, logró trascender nuestras fronteras y cambiar nuestra historia desde adentro. El General, junto a 29 hombres que lo acompañaron al inicio de su lucha, se nutrió de la sabiduría popular, de los saberes antiguos de la montaña, de la inteligencia de nuestros pueblos originarios. Sandino pensó en Nicaragua desde lo más profundo de nuestras raíces e inauguró una nueva forma de ver a nuestra Patria, un Patriotismo que tenía en su centro el derecho a nuestra soberanía.   

Y el primero de julio de 1927, casi dos meses después de haberse declarado en rebeldía ante los vendepatria, lanzó su primer manifiesto político en San Albino, en el que declaraba sus raíces de libertad: “Mi mayor honra es surgir del seno de los oprimidos, que son el alma y el nervio de la raza, los que hemos vivido postergados y a merced de los desvergonzados sicarios que ayudaron a incubar el delito de alta traición […] Los pesimistas dirán que soy muy pequeño para la obra que tengo emprendida; pero mi insignificancia está sobrepujada por la altivez de mi corazón de patriota, y así juro ante la Patria y ante la historia que mi espada defenderá, el decoro nacional y que será redención para los oprimidos”.

La Guerrilla de la Soberanía 

El 2 de septiembre del mismo año, Sandino fundó el Ejercito Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua, que de un pequeño grupo de patriotas, pasó a ser un ejército guerrillero, llegando casi a tener 6,000 combatientes, a quienes Sandino sin ningún manual de guerra, les enseñó a apreciar el valor de la posición del sol, de la velocidad y dirección de los vientos, el arte de camuflarse, así como la habilidad de aprovechar cada árbol, cada hondonada, cada pliegue de terreno y transformarlo en una trinchera, cada pantano en una trampa. Cada circunstancia en una oportunidad para el triunfo.

 El ejército de Sandino llegó a dominar más de la mitad del territorio nacional y después de más de 500 combates, el imperialismo norteamericano encontró en nuestra tierra la primera derrota militar de su historia. Los últimos marines abandonaron el suelo nicaragüense, el primero de enero de 1933.

Pero nuestros enemigos de siempre no podían permitirlo: por decisión del embajador de Estados Unidos, en complicidad con Somoza, Sandino fue asesinado a traición el 21 de febrero de 1934. La Guardia Nacional recibió órdenes de desatar una persecución feroz, que terminó con la masacre de centenares de sandinistas en el norte del país.

De la oscuridad a luz: el principio del fin

Entre 1934 con el asesinato de Sandino y 1956, con el ajusticiamiento a Somoza, durante 22 años el pueblo nicaragüense vivió un periodo oscuro de represión y muerte. Hasta que Rigoberto López Pérez, el 21 de septiembre de 1956, en un acto heroico, ajusticia al mismo Somoza que había asesinado a Sandino, iluminando el camino de la historia hacia nuestra liberación. Para Rigoberto no se trató de una decisión fácil, sino de una necesidad vital, porque Rigoberto fue parte de esa generación que nació después del asesinato de Sandino: “dicen que es un hijo de Sandino, un hombre achinado”, ese era el rumor que corría en la ciudad de León, la noche del ajusticiamiento a Somoza.

Esta acción fue planificada por Rigoberto López Pérez, Edwin Castro Rodríguez, Ausberto Narváez y Cornelio Silva, aunque estaban conscientes que ajusticiar al tirano no representaba una revolución. Por eso en su carta testamento dirigida a su madre y fechada el 4 de septiembre de 1956, Rigoberto lo dijo claramente: “He decidido tratar de ser yo el que inicie el principio del fin de esa tiranía”.

Nacimiento del FSLN  y los primeros combates

La esencia histórica del nacimiento del Frente Sandinista se encuentra en el pensamiento vivo de Sandino y su herencia de soberanía, Rigoberto es la chispa que enciende la mecha, del principio del fin y el Comandante Carlos el que le da forma, fuerza y sustento.

Carlos Fonseca se dedicó a estudiar a Sandino y la herencia de su pensamiento. Interpretando la Nicaragua de inicios de los años sesenta, creó un movimiento revolucionario capaz de aglutinar a todas las expresiones de rebeldía de la clase trabajadora nicaragüense, fundando el FSLN en 1961, junto con el Coronel Santos López, Silvio Mayorga, Faustino Ruíz, Jorge Navarro, Francisco Buitrago, José Benito Escobar, Tomás Borge, Germán Pomares Ordóñez y Rigoberto Cruz “Pablo Úbeda”.

Carlos Fonseca se dio a la tarea de encontrar la contradicción fundamental que oprimía al pueblo trabajador nicaragüense. El Comandante Carlos comprendió que, aunque fuera indispensable el estudio de las experiencias de liberación de otras revoluciones hermanas, la nuestra tenía que ser una creación inédita, y que el pensamiento de Sandino era el instrumento para construir la unidad del pueblo, necesaria para convertirse en arquitecto de su propia liberación.

Después del surgimiento del FSLN, se dio la primera experiencia guerrillera en el norte del país en Raití y Bocay en 1963, que, aunque representó un revés militar, dejó valiosísimas lecciones políticas y militares que sirvieron de preámbulo para la jornada guerrillera de Pancasán en 1967, entre ellas: que la guerrilla tenía que organizarse dentro del país y con respaldo de los campesinos, así como la confirmación de la necesidad de la lucha armada como única vía para la liberación de Nicaragua.

En Pancansán, el FSLN contaba con una base social conformada por campesinos, así como una amplia red de apoyo construida por Rigoberto Cruz conocido como “Pablo Úbeda”. Ahí cayeron en combate los principales fundadores del FSLN y el comandante Carlos Fonseca se perfiló como el máximo dirigente. Además, Pancansán significó para el pueblo Nicaragüense el convencimiento que la vanguardia del FSLN tenía la capacidad de acompañar al pueblo hacia el triunfo revolucionario.

Programa Histórico del FSLN

“El FSLN ha analizado con seriedad y gran responsabilidad la realidad nacional y ha decidido enfrentarse a la dictadura con las armas en la mano, ya que hemos llegado a la conclusión de que el triunfo de la Revolución Popular Sandinista y el derrocamiento del régimen enemigo del pueblo, surgirá como consecuencia del desarrollo de una dura y prolongada guerra popular. Cualesquiera que sean las maniobras y medios desplegados por el imperialismo yanqui, la dictadura somocista está condenada al fracaso total ante el avance y desarrollo impetuoso de las fuerzas populares encabezadas por el FSLN (Fragmento del Programa Histórico del FSLN, 1969).

Es así que, para el año 1969, después de las primeras experiencias guerrilleras y las enseñanzas que estas dejaron, el Comandante Carlos Fonseca, presentó al pueblo de Nicaragua un proyecto político radical para ese tiempo y vigente hasta nuestros días. En Carlos no solo estaba sintetizado el pensamiento vivo de Sandino, sino también las valiosas lecciones que su lucha de liberación dejaron para la consolidación de la guerrilla sandinista. El Programa Histórico fue la hoja de ruta durante la década revolucionaria de los años ochenta y es un puente entre el pensamiento de Sandino y nuestro actual Plan Nacional de Lucha contra la Pobreza y para el Desarrollo Humano 2022-2026.

Escrito por: Cheyda Jiménez, Yesenia Martínez, Luis Guerrero, José Carlos Bonino