Barricada

Detalles del Momento: Cambiemos el Mundo 

Por: Moisés Absalón Pastora

El mundo tal como le conocíamos, sin que nada tenga que ver que los viejos pensemos que nuestro pasado es mejor, más sano, más coherente que nuestro presente, ha cambiado peligrosamente y si el cambio hubiese sido para bien, pues que bien, pero no es así.

Hoy estamos llenos de un montón de locuras creadas a propósito como para distraernos de una realidad que nos atrapa y de la que solo se benefician aquellos que las hicieron para afligirnos, para obligarnos a vivir con aquello que la naturaleza rechaza y que no contribuye a la perspectiva de un planeta sobreviviente sino que por el contrario todo amanecer, cada vez más convulso, es un presagio de nuestra propia extinción porque la indolencia, la falta de raciocinio y sentido común convierte a los que se sustraen de esta monumental tragedia en agentes contribuyentes de algo que se pinta inevitable, pero que es posible detener si tomamos en cuenta que nuestro principal derecho es defender la vida.

Hoy todo lo que se produce es tóxico y se convierte en materia prima de aquellos negociantes y seductores del mal para infectarnos la paz personal y desde ella la de un mundo conflictuado que resiente ver sus valores trasroscados y que en algún momento hicieron posible creer que la nobleza y la decencia podían ser estandartes conductores para un mundo que ya no es el hogar del ser humano sino que ahora es el espacio de lo contra natura, de la arrogancia de los poderosos sobre los débiles, de la violencia contra la convivencia, del odio contra el amor y todo eso tristemente nos está conduciendo a una tercera guerra mundial y hoy con tantas bombas nucleares en cualquier parte y en las manos de cualquier loco seguramente como corderos nos dirigimos a nuestra propia extinción.

Hay tanta maldad en el mundo, por supuesto manipulada por poderosos intereses políticos y mercantiles, que los que amamos la vida tenemos que plantearnos la transformación absoluta del status quo que el poder fáctico del planeta y sus satélites diseña y perfecciona para asesinar nuestra libertad.

Cambiar el mundo es un propósito libertario que demanda de cada uno de nosotros ser guerreros de la paz en toda parte dónde nos encontremos y nos atrincheremos para prolongar la especie y rescatarla del secuestro en que la tiene esa figura, conceptuada como “Derecho Internacional” que es la mentira más burda, que utilizada como falsa plataforma de convivencia, asquea a lo que aún queda de civilización y que constantemente, todos los días y de cualquier espacio nos bombardea con su falacia dónde lo malo lo quieren hacer pasar por bien y el bien por mal.

Ya ni siquiera podemos decir que se están calentando los motores para algo que solo puede estar a la altura de cualquier especie apocalíptica porque la verdad ya estamos tan sobrecalentados que ni la tierra donde nació el más grande pacifista de la humanidad, Palestina, ha escapado a los misiles y al exterminio y sobre esta masacre, sobre este genocidio, sobre este crimen de lesa humanidad, donde hay un montón de cobardes ejecutores, el “Derecho Internacional” no dice nada, más bien se ríe.

Este desproporcionado holocausto del sionismo israelí sobre el derecho que como estado libre reclama Palestina es apenas un notable conflicto sobre los muchos que ha creado Estados Unidos, “la pesadilla americana”, que ha llevado la guerra y el consecuente derramamiento de sangre y dolor a todas partes del mundo y para hacerlo, tiene en su propio territorio a pretendidos organismos internacionales que descaradamente son combustible sobre la hoguera que enciende el imperio contra pueblos que aspiran a ser libres y no el apaga fuegos que después de la segunda guerra mundial se creyó podía llegar a ser.

Me llama la atención, ahora que estamos arrancando este 2025, ver en la plataforma de YouTube a un montón de estafadores vestidos de pitonisos y pitonisas, -una de ellas hasta dijo ser la hija de Nostradamus-, leyendo las barajas Tarot, con gestos de mucha preocupación, profetizando guerras, pestes, asesinatos de líderes políticos, catástrofes naturales y en su conjunto la cercanía de los últimos días lo que es repetitivo, pero ahora con más intensidad.

Estando como estamos lo que afirman estos estafadores póngale sello es lo que sucederá pero solo si no nos convertimos en agentes transformadores del mundo y damos una vuelta de calcetín a tantos antivalores que hemos permitido los demonios cultiven en nosotros y cuando hablo de demonios cito a la injusticia, a la falta de respeto a las normas jurídicas y morales que no se castigan; a la discriminación del otro que tiene diferentes puntos de vista al nuestro; al egoísmo que niega el espíritu altruista del ser humano; a la impunidad de aquel que mata, tortura y delinque y actúa como si hubiera obrado correctamente; a la intolerancia que no respeta a las otras personas ni a sus necesidades; a la irresponsabilidad de no cumplir con lo que corresponde; a la soberbia que se ubica por encima de los demás, menospreciando a las otras personas; a la deshonestidad que usa medios ilegales para la consecución de sus fines, incluyendo el robo, la mentira y el engaño; a la enemistad que fomenta distancias y odios y busca el enfrentamiento y la revancha con sus semejantes porque se motiva desde la envidia, porque se molesta por la felicidad del que aborrece.

Hablo de la esclavitud de ese sometimiento de una persona a los requerimientos de otra u otras, sin considerar la libertad individual ni los derechos inherentes a todo ser humano; de la guerra, de lo contrario a la paz, de la actitud ensoberbecida de un grupo o país para con otros, propiciando la lucha armada o la violencia de cualquier tipo; de la ignorancia que desconoce el capital cultural humano o de los prodigios morales; de la imitación que es el fraude de copiar a otros y de hacer ver lo producido por el ajeno como propio; de la improductividad que no genera resultados concretos en nuestras acciones para beneficio nuestro sí, pero fundamentalmente para los demás; de la imprudencia que atenta contra las circunstancias que se viven y contra la presencia de otras personas; a la     impuntualidad que es el desprecio al tiempo del otro y al que aquí en nuestro país hemos llegado a validar como “la hora nica”; a la indiferencia que es un desprecio por la suerte de otras personas o por cualquier cuestión; a la ineficacia de hacer mal las cosas y cumplir solo por el salario que nos están dando escondiendo así bajo la alfombra la basura que debimos limpiar. 

Hablo de la inequidad, de esa falta de equilibrio, aplicado principalmente en las situaciones de desigualdad social cuando las mejores condiciones socioeconómicas son acaparadas por una minoría, en desmedro de una mayoría que no tiene acceso a las mismas; Hablo de la infidelidad de ese quiebre entre el respeto mutuo entre dos personas cuando se producen engaños por parte de uno de los integrantes de un matrimonio, de una relación o de una sociedad o de un propósito; de la inflexibilidad que es la incapacidad de jugar con distintas circunstancias como cambiar de opinión, de la forma de actuar cuando es necesario o para comprender los diferentes puntos de vista; de la mentira, de ir contra la verdad, contra lo real, contra lo que está ahí, que vemos y podemos tocar como las tantas cosas buenas que tenemos en Nicaragua;  hablo del odio el enemigo mortal del amor, de esa persona  que tiene una actitud negativa y violenta ante todo y ante todos, enfrentando a otros incluso sin razón aparente y solo porque sí, solo porque a simple vista le cayó mal alguien, solo porque su ignorancia no le permite ver que todos podemos cambiar aceptando errores para ser propositivos.

Todo eso que he mencionado son los antivalores que corroen al mundo y todos tienen un origen político que es un virus diseminado por el mundo por Estados Unidos a través de diferentes frentes de guerra y es algo a lo que debemos vencer y esa lucha ya empezó porque ahora tenemos dos visiones, aquella que está siendo vencida, la del imperio, y aquella que como sol naciente resplandece e ilumina la convivencia entre los seres humanos y nosotros los nicaragüenses que estamos del lado correcto de la historia que hoy escribimos somos parte de ese mundo que ahora cambia.

Somos parte de ese mundo que se dispuso a defender la paz que siempre quiso para crecer y desarrollarse. Somos parte de un mundo que construye su libertad desde el respeto que la ley merece como norma de convivencia entre los seres humanos. Somos parte de ese mundo que cree en el tesoro que representa la vida de toda persona y que la familia y los hogares merecen un espacio fraterno dentro de la sociedad que niegue toda historia bélica, de enfrentamiento, derramamiento de sangre y guerras que hayamos vivido en el pasado.

Por eso Nicaragua es parte de la transformación que la nobleza está haciendo del mundo actual y nos enorgullece profundamente que se nos distinga como una nación digna, que más allá de los disparates que se puedan decir sobre nosotros, lo que no pueden es vernos manoseados, vencidos, de rodillas, sino que por el contrario estoicos frente a la prepotencia y soberbia de ese agresor imperial que tiene una relación fatal con nosotros porque el, como enemigo de la humanidad, decidió serlo doblemente con nuestro país porque esa es su naturaleza y en lo fundamental porque aquí lo venció Darío, Zelaya, Zeledón, Sandino y ahora, para que más le duela, el pueblo presidente, Daniel Ortega Saavedra, Rosario Murillo, el FSLN que son los grandes transformador de la Nicaragua del presente y que en su conjunto son una inspiración para los que sueñan ser parte del talento político contemporáneo del mundo.

QUE DIOS BENDIGA A NICARAGUA