Barricada

El Napoleón de la Casa Blanca, va por Gaza

Por: Stalin Vladímir Centeno

La Franja de Gaza tiene una superficie de 365 kilómetros cuadrados y cuenta con aproximadamente 2,26 millones de habitantes, lo que representa el 40,6% de la población total de los territorios palestinos. La densidad de población es de alrededor de 6.100 habitantes por kilómetro cuadrado, una de las más altas del mundo.

El Napoleón de la Casa Blanca, ha propuesto que el imperio yanqui tome el control de la Franja de Gaza, con la supuesta intención de transformarla en la «Riviera de Oriente Próximo». Este plan Colonialista incluye el reasentamiento de los aproximadamente 2 millones de palestinos que actualmente residen en Gaza, en países vecinos como Egipto y Jordania. Sin embargo, ambas naciones han rechazado esta propuesta descabellada y dictatorial.

El «Napoleón, Trump» ha sugerido que Estados Unidos se encargaría de la reconstrucción de Gaza, incluyendo la eliminación de escombros y artefactos explosivos sin detonar, y promovería el desarrollo económico mediante la creación de empleos y viviendas. No ha descartado el uso de tropas estadounidenses para llevar a cabo estas tareas. En otras palabras quieren reconstruir lo que Estados Unidos y su cómplice genocida de Israel han destruido.

Esta amenaza ha generado críticas y preocupaciones en la comunidad internacional. 

El secretario general de las Naciones Unidas, «el bueno para nada» de António Guterres, advirtió que el plan podría equivaler a una limpieza étnica. Además, líderes árabes, como el rey Abdalá II de Jordania, han expresado su oposición, enfatizando la necesidad de reconstruir Gaza sin desplazar a su población y buscando una solución basada en la coexistencia de dos Estados. 

Organizaciones como Hamás han calificado el plan de Trump como racista y lo consideran un llamado a la limpieza étnica en la Franja de Gaza. 

En respuesta a la propuesta del imperio estadounidense, Egipto ha presentado su propio plan de reconstrucción para Gaza, el cual no contempla el desplazamiento de la población palestina. 

En resumen, el plan de «Napoleón»(Trump) para la Franja de Gaza implica que los yanquis asuman el control del territorio, desplace a la población palestina a países vecinos y lleve a cabo un ambicioso proyecto de desarrollo económico. Esta propuesta ha sido recibida con amplio rechazo y ha suscitado preocupaciones sobre su viabilidad y las implicaciones éticas y legales que conlleva.

La economía de la Franja de Gaza, que toda una vida vive bajo fuego israelí está severamente afectada por el bloqueo impuesto por Israel y Egipto desde 2007, los conflictos recurrentes y la falta de acceso a recursos y mercados. A pesar de estas dificultades, la población sobrevive a través de varias fuentes de ingresos.

La mayor parte de la población depende de la asistencia de organizaciones internacionales como la ONU (especialmente la UNRWA), la Cruz Roja y ONG humanitarias. Se estima que el 80% de los habitantes recibe algún tipo de ayuda. Muchos gazatíes trabajan en empleos informales, como la venta ambulante, la producción artesanal o pequeños comercios familiares. Agricultura y pesca: A pesar de las restricciones impuestas por Israel (como la limitación de la zona de pesca), algunas personas trabajan en la agricultura y la pesca para el consumo local. Muchos palestinos de Gaza tienen familiares en otros países que les envían dinero, lo que ayuda a sostener a algunas familias. 

En el pasado, miles de palestinos de Gaza trabajaban en Israel, pero tras el conflicto de 2023, las restricciones se endurecieron. Antes de la guerra, unos 18.000 trabajadores tenían permisos para laborar en Israel, pero muchos de estos permisos fueron revocados. Algunas fábricas producen textiles, muebles y materiales de construcción, aunque con acceso restringido a materias primas. En el pasado, los túneles entre Gaza y Egipto fueron una fuente clave de comercio, pero la mayoría han sido destruidos por Egipto. La situación económica de Gaza es precaria, con altos niveles de desempleo (alrededor del 80% entre los jóvenes) y una pobreza generalizada.

Si el Napoleón de estos tiempos, intentara «adueñarse» de la Franja de Gaza, enfrentaría múltiples impedimentos legales a nivel internacional y nacional.

La Franja de Gaza es reconocida internacionalmente como territorio palestino.

La comunidad internacional, incluida la ONU, considera que cualquier intento de control por parte de EE.UU. sin el consentimiento de los palestinos sería una violación del derecho a la autodeterminación. La Convención de Ginebra de 1949 prohíbe la anexión de territorios ocupados en un conflicto y la transferencia forzada de población.

La ONU ha reiterado en múltiples resoluciones que Gaza es parte de un futuro Estado palestino. Cualquier intento de EE.UU. de tomar el control de Gaza sin respaldo de la ONU sería considerado ilegal y podría derivar en sanciones internacionales. Cualquier intento de desplazar a la población palestina o de instalar un gobierno extranjero podría ser considerado crimen de guerra o crimen contra la humanidad, sujeto a enjuiciamiento en el TPI.

Para que «los enemigos de la humanidad,» asuman el control de Gaza, el Congreso yanqui tendría que aprobarlo, lo que es altamente improbable debido a la oposición bipartidista a un conflicto directo con Palestina y otros países árabes. EE.UU. no puede desplegar tropas en un territorio extranjero sin autorización del Congreso, salvo en casos de defensa propia.

Si «Napoleón Trump,» intentara enviar militares invasores para controlar Gaza, podría enfrentar juicios políticos o bloqueos legislativos. Si intentara forzar una anexión sin aprobación del Congreso, se enfrentaría a demandas y bloqueos por parte de la Corte Suprema y otros organismos. Países como Egipto y Jordania han rechazado cualquier plan de reubicación forzada de palestinos. Un intento de los gringos de tomar control de Gaza generaría una fuerte respuesta diplomática y, posiblemente, militar en la región. La UE, la ONU y la mayoría de los aliados de EE.UU. se opondrían, lo que podría generar sanciones o aislamiento diplomático.

Napoleón o Trump, que viene siendo la misma cosa, no tiene una vía legal viable para «adueñarse» de Gaza. Cualquier intento enfrentaría resistencia legal dentro de EE.UU. condena internacional, violaciones del derecho internacional y posibles sanciones o acciones en el TPI.